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Secretos de despacho

Espacio compartido en Matchmind

Es generoso y cede su despacho, cuando él no está, a sus colaboradores. Se trata de un espacio compartido. José Luis Galí, de 49 años, presidente de la consultora de gestión y tecnología de la información Matchmind, trabaja en un amplio espacio de grandes ventanales, en un polígono industrial próximo a la M-30 y desde el que se divisa un paisaje urbano con vistas a la madrileña estación de Atocha. Necesita para trabajar dos cosas: luz natural y amplitud para poder mantener reuniones de trabajo con el resto de su equipo. Para ello dispone de una mesa grande, 'sobre la que debatimos, hablamos, comemos una pizza y seguimos trabajando'. Es de los que piensa que si pasa un día entero encerrado en su despacho es una jornada perdida. 'Me gusta estar en contacto con los clientes, saber su grado de satisfacción, estar con ellos en sus empresas', afirma Galí. En Matchmind trabajan 580 empleados. La mayoría hace su trabajo en 'casa del cliente'. Por tanto, las mesas se comparten.

La decoración es funcional. Las paredes del despacho, cubiertas con papel de caña, son de color berenjena. Las mesa tiene sillas de piel oscura alrededor. Un espacio que él califica como elegante, moderno y digno. Los cuadros son aparentes, pero no tienen una firma destacada, 'son bonitos y baratos'. Lo justifica diciendo que, por deferencia a los clientes, no pueden hacer alardes de dispendio económico. 'Hay que vigilar los costes. De momento, nos estamos posicionando en el mercado y no podemos gastar como si fuéramos una multinacional'. Tienen previsto cerrar 2005 con 730 empleados y una facturación de 32 millones de euros. El pasado ejercicio facturó 25,1 millones de euros. 'Estamos en pleno crecimiento y no vamos a hacer ninguna barbaridad que ponga en riesgo la empresa', señala. Cree que la base del éxito de una empresa está en invertir en salarios, formación y en comunicación interna.

Ni un objeto personal se puede encontrar en él. 'Por la vida profesional que he llevado, he tenido despacho en varias ciudades y me he acostumbrado a no tener nunca nada personal'. En Matchmind tiene oficina en Madrid y Barcelona, y para facilitar que otros utilicen su espacio guarda todos sus papeles en una cajonera. Anteriormente ocupó cargos de responsabilidad en Banca Catalana, Banco Natwest España y en Cap Gemini Ernst & Young España, donde llegó a ser presidente y consejero delegado.

No le gusta el ordeno y mando. José Luis Galí asegura que cumple la misma función que el resto de los profesionales. 'A mí se me exige que tenga ideas para saber donde dirigir la compañía. No soy ni el más listo ni el más tonto, soy una pieza más'. Es consciente de haber sido el artífice del lanzamiento de una iniciativa profesional, 'tal vez por experiencia o por edad, pero no lo hubiera conseguido sin el apoyo de todos lo que trabajan en la empresa', explica este ejecutivo, que define su misión como la 'capacidad para convencer a todo el personal de que vamos a conseguir un modelo de consultoría diferente al tradicional'. Por ello, exige al personal 'que tenga talento, ya que no vendemos productos acabados, sino que tengan conocimientos en el proceso tecnológico alineado con nuestro negocio.

'Huimos de la mediocridad, buscamos distinguirnos, de manera que podamos ofrecer algo distinto a lo que ofrecen nuestros competidores', afirma Galí. En Matchmind definen cinco valores claves: honestidad, humildad, audacia, trabajo en equipo y diversión. Lo explica: 'Hay que huir de prácticas deshonestas con los clientes. La audacia es saber asumir retos importantes trabajando en equipos humanos. Nadie puede resolver nada por sí solo. No buscamos gente individualista, sino que se lo pase bien trabajando en equipo'.

Dice que la imagen de la compañía depende de los empleados, 'no de nuestras instalaciones, ya que ellos trabajan en la empresa del cliente'. Por ello, en Matchmind, según explica, no puede entrar a trabajar cualquiera. Tiene que ser gente que esté dispuesta a aceptar los principios antes descritos.

Un sofá para descansar y meditar

En una zona del despacho tiene un sofá, también en tonos berenjenas, donde suele descansar a mediodía, meditar o leer los libros sobre estilos de dirección. Ahora tiene entre manos uno de los éxitos editoriales del año pasado, La buena suerte. 'Es bueno leer este tipo de libros porque te hace adquirir otro tipo de ideas, que son de sentido común pero que muchas veces no reparas en ellas'.Le gusta sentarse en el sofá, mirar el cielo de Madrid y pensar. 'Hay que estar siempre meditando sobreel futuro, sembrar este año para el siguiente. Estas cosas no se pueden consultar, las tienes que analizar en soledad'. José Luis Galí se define a sí mismo como el hombre de las aficiones.Y no tiene tiempo para ponerlas todas en marcha. Lo que sí aprovecha son los fines de semana para viajar, hacer deporte, cenar con los amigos, salir al mar, pasear por la montaña, refugiarse en su casa de la Costa Brava y jugar al golf.

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