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CincoSentidos

La epidemia silenciosa

Al igual que cuando se abre un grifo la presión revela la potencia con la que circula el agua, cuando se toma la presión arterial se mide la fuerza de la sangre al circular por las arterias. Si esa fuerza es superior a 140/90 mmHG (popularmente una tensión de 14 máxima y 9 mínima) se habla de hipertensión. Ocho millones de personas sobrepasan ese límite en España. Cuatro de cada diez adultos de 35 a 64 años y seis de cada diez de entre 60 y 65 años son hipertensos.

No es un problema leve. Pese a que puede no mostrar síntomas, la hipertensión es responsable de más de 90.000 muertes al año en España, un 25% de las producidas por la enfermedad cardiovascular (angina, infarto de miocardio, hemorragia cerebral) que, a su vez, constituye la primera causa de mortalidad en el país. Según publica este mes la prestigiosa revista médica The Lancet, en 2025 uno de cada tres seres humanos morirá por esta causa. La Organización Mundial de la Salud la denomina el asesino silencioso.

'La hipertensión es un problema que va en aumento en España. La primera razón es que su incidencia crece con la edad y la española es una sociedad envejecida. La segunda es que está relacionada con el estilo de vida sedentario y los malos hábitos dietéticos que son frecuentes en todo el mundo desarrollado', señala la doctora Nieves Martell, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Hipertensión (SEH). Martell recuerda que hasta hace unos años la incidencia de hipertensos entre la juventud española era de apenas un 5%; hoy ya alcanza el 10%. Como reconoce la propia SEH, 'pese a que en los últimos 30 años se han conseguido extraordinarios avances en su diagnóstico y tratamiento, el grado de control es escaso en nuestro país'.

Las razones están en la propia naturaleza de la enfermedad, que puede padecerse sin síntomas durante mucho tiempo y cuyo tratamiento exige un cambio de estilo de vida que poca gente tiene el tesón de mantener. 'Los hipertensos son muy malos pacientes. La hipertensión no muestra síntomas y convencer a la gente para que cambie de vida y dieta cuando se sienten bien es muy difícil', confiesa la doctora Martell. Al cabo de un año, explica, sólo cuatro de cada diez pacientes continúan el tratamiento. Por ello es muy importante concienciar a los enfermos de los efectos del problema.

'El primer riesgo es el infarto de miocardio', explican desde la Sociedad Española de Hipertensión. Un hipertenso no tratado tiene, como media, diez veces más riesgo de morir de infarto que una persona con tensión normal. Sin tratamiento, la enfermedad sigue su curso, aunque el enfermo no se de cuenta. 'Será años después cuando las consecuencias aparecerán y afectarán a los riñones, el corazón, los ojos, el cerebro y todo el árbol arterial', advierten desde la SEH. El motivo es que la presión alta mantenida en el tiempo endurece las arterias y las hace más gruesas de forma que se dificulta el paso de la sangre y se aumenta el riesgo de padecer accidentes cardiovasculares.

El primer tratamiento que reciben los hipertensos, cuando la presión arterial es moderada, consiste en un plan programado de dieta y ejercicio físico. En caso de que esto no sea suficiente, el médico recetará medicación. Pero, como señalan desde la Sociedad Española de Hipertensión, el hecho de tomar pastillas para la hipertensión no implica que se pueda dejar de hacer dieta y ejercicio.

¿Con cuanta frecuencia hay que controlarse la presión? Los especialistas aseguran que un hipertenso que ha logrado controlar sus niveles debe hacerlo cada tres meses. Las personas con presión normal -los denominados normotensos- deben medirla al menos cada dos años.

Algunos factores de riesgo

HerenciaLa predisposición a sufrir hipertensión se transmite de padres a hijos. Se desconoce el mecanismo exacto, pero la experiencia demuestra que los hijos de hipertensos tienen el doble de probabilidades de desarrollar la enfermedad. Los especialistas recomiendan que cuando en una familia algún pariente cosanguíneo ha padecido un ataque cardíaco antes de los 50 años o sufre de hipertensión, el resto de los familiares deben controlarse la presión regularmente.SexoLos hombres tienen más predisposición a padecer hipertensión que las mujeres hasta que éstas llegan a la menopausia. A partir de ahí la incidencia es la misma en ambos sexos.Edad y RazaLa presión arterial aumenta con la edad. En los países industrializados la frecuencia de hipertensos en mayores de 65 años es casi del 60%. Las personas de raza negra tienen el doble de posibilidades de ser hipertensos y el control es más difícil.ObesidadLa frecuencia de la hipertensión es entre dos y tres veces superior en los obesos que en el resto.

Hipertensión Mitos y realidades

P ¿La hipertensión es un problema que se puede curar?R Los médicos hablan de curación cuando se elimina la causa de una enfermedad. Sin embargo, como en la hipertensión a menudo esa causa no llega a identificarse se suele hablar de normalización cuando se reduce la presión (niveles inferiores a 140/90 mmHg). Sólo se puede hablar de curación cuando se conoce la causa exacta de la enfermedad, como una malformación operable, pero es algo excepcional.P ¿Hasta cuándo es necesario seguir el tratamiento?R Durante mucho tiempo. Excepto en los casos excepcionales en que se corrige con cirugía, el paciente debe incorporar el tratamiento a su vida diaria y a su rutina. Solamente la toma regular del medicamento, en ocasiones de por vida, mantendrá la presión normal.P ¿Se puede dejar el tratamiento cuando la presión se normaliza?R La Sociedad Española de Hipertensión recuerda que abandonar la medicación es muy peligroso. Cuando la presión se mantiene bajo control durante un periodo largo, que suele ser un año, el médico puede decidir interrumpir el tratamiento. Pero esa decisión jamás debe tomarla el paciente de forma unilateral.P ¿Un hipertenso puede viajar en avión?R Si el enfermo es tratado correctamente no hay inconveniente para viajar en avión. Son las enfermedades cardiovasculares graves asociadas a la hipertensión las que en alguna ocasión pueden provocar una prohibición de viajar. Sin embargo, los bautismos del aire o los paseos en avioneta en alturas excesivas y sin cabina presurizada no son aconsejables. el paciente de forma unilateral.P ¿La hipertensión puede afectar a las relaciones sexuales?R La tensión arterial aumenta de forma limitada durante las relaciones sexuales. Sin embargo, los especialistas señalan que la actividad sexual al ritmo de cada individuo forma parte de sus costumbres de vida y no hay razón para modificarla.P ¿La medicación asociada al tratamiento es peligrosa?R Mucho menos que la enfermedad. La Sociedad Española de Hipertensión recuerda que no existe un tratamiento sin efectos secundarios, pero en el caso de los antihipertensivos no son muchos y, por el contrario, los efectos de la tensión alta pueden ser gravísimos. Información en www.seh-lelha.org

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