Urbas, al borde de la disolución por una deuda con Hacienda
La empresa inmobiliaria Urbas, propiedad de la familia Fiter, reconoció ayer estar al borde de la disolución. La principal causa es una deuda de 14,9 millones con Hacienda que la compañía arrastra desde 1996.
La inmobiliaria Urbas está en un callejón sin salida. La compañía reconoció ayer a la CNMV que se encuentra al borde de la disolución porque su patrimonio podría ser inferior a la mitad de su capital social.
La inmobiliaria, propiedad de la familia catalana Fiter, mantiene una deuda de 14,9 millones con la Agencia Tributaria. Los problemas con Hacienda datan de 1996, año en que el fisco decidió embargar todos los bienes de la empresa.
La opción de Urbas, tal y como comunicó la semana pasada a la CNMV, ha sido crear una nueva sociedad, Urbanijar, donde ha incluido unos terrenos en Níjar (Almería) valorados, según la empresa, en tres millones de euros. Esta sociedad se hará cargo de parte de las deudas que Urbas mantiene con Hacienda. Además, 'se ha atribuido a cada una de las fincas una responsabilidad hipotecaria, pendiente de formalización tan pronto se alcance el acuerdo con la Agencia Tributaria, por importe de 9,8 millones'.
Esos terrenos, sin embargo, ya están embargados por un importe global de 12,8 millones. El artículo 52 del reglamento de Recaudación contempla la posibilidad de que Hacienda admita como aval la garantía de hipoteca inmobiliaria, según expertos jurídicos consultados. No obstante, la Agencia Tributaria es la que finalmente debe aceptar o no el aval, una vez estudiada la situación de los terrenos y los posibles vicios ocultos.
La segunda parte de la operación llevada a cabo por Urbas es la aportación de cuatro millones de euros por parte de otras dos sociedades, Guadahermosa y Fidelca Telecom, al capital de Urbanijar, con lo que recibirán 51% de esta nueva sociedad. Guadahermosa es propiedad de unos de los consejeros de Urbas y en Fidelca figuran como administradores tres miembros de la familia Fiter, según el Registro Mercantil.
Esta operación supone, según el documento enviado a la CNMV, 'la posibilidad de contar con la colaboración de empresas especializadas en el negocio inmobiliario en la promoción final de los terrenos'. Urbas, por su parte, se convertirá en el socio minoritario de Urbanijar, manteniendo el 49% de ésta.
Según las previsiones que la empresa comunicó ayer a la CNMV, esta operación podría generar unas plusvalías por importe de 13,5 millones 'a lo largo de 2005'.
Desplome en Bolsa
Sin embargo, y a requerimiento del regulador bursátil, la empresa auditora de Urbas, PKF, emitió un informe adicional donde rebajaba esas plusvalías a 8,2 millones.
La CNMV decidió suspender ayer durante cuatro horas la cotización de Urbas, que ha experimentado fuertes oscilaciones en los últimas jornadas. La semana pasada llegó a cerrar con la mayor subida de la Bolsa española, un 23,19%. Ayer, después de hacer público el informe de los auditores, la CNMV levantó la suspensión y Urbas volvió al parqué con un desplome del 28,83%.
El gran amigo de Javier de la Rosa
Ramón Fiter, el patriarca de la familia que, con un 24%, es el primer accionista de Urbas, es un viejo conocido de la Bolsa desde finales de los años 80, época en que comenzó su actividad financiera, consistente en comprar empresas al borde de la quiebra para reflotarlas.Tras adquirir el 24,9% de Corporación Alimentaria Ibérica (CAI), se asoció con el financiero de moda en aquellos tiempos, Javier de la Rosa, al que además le unía una gran amistad, y quien figuraba como representante de la empresa kuwaití KIO en España.La operación orquestada con de la Rosa, una suscripción de pagarés convertibles de CAI por parte de Grand Tibidabo (el holding inversor del financiero), le valió a Fiter dos meses de cárcel. Fiter sigue controlando en la sombra la inmobiliaria. Dos de sus hijos, David y José Ramón, han tomado el relevo en el consejo.