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CincoSentidos

La historia de Alejandro se adueña de las librerías

Apuesto, ambicioso, arrogante, carismático, conquistador. Oliver Stone ha puesto de actualidad con su película Alejandro Magno, estrenada en España el pasado 5 de enero, una de las figuras más fascinantes de la historia universal. Un hombre que a su muerte, acaecida un mes antes de cumplir 33 años, era prácticamente el dueño y señor de todo el orbe conocido.

Hollywood resucita una vez más los personajes que la historia inmortalizó como héroes. 'Es una de las funciones sociales con las que cumple el cine', recuerda Juan Antonio Cebrián, director de la colección Breve Historia, de Ediciones Nawtilus. El celuloide rescata la epopeya, con mayor o menor rigor histórico, y el espectador corre directo a la librería en busca de retratos novelescos del mito y sus hazañas. 'El cine consigue que la historia trascienda al gran público', destaca Antonio Guzmán Guerra, catedrático de Filología griega de la Universidad Complutense.

Como ocurrió con Troya, dirigida por Wolfgang Petersen, que animó al público a leer La Iliada, de Homero, Alejandro Magno -en diez días ha sido vista por más de 1,5 millones de espectadores en España- ha impulsado la edición o reedición de títulos sobre el rey macedonio.

'Lo interesante de Alejandro es que su imagen literaria es muy atractiva. Fue un hombre de gran inteligencia y enorme personalidad que llevó a cabo una gran empresa en poco tiempo. Todo salpicado de aventuras', precisa Antonio Guzmán. Su libro Alejandro Magno: de la historia al mito ha sido recuperado por Alianza a finales de 2004, pensando en la película, en una edición de bolsillo, 'más divulgativa', para lo cual los autores, Guzmán y Francisco Javier Gómez Espelosín, han rebajado el nivel de algunos capítulos.

El estreno de la película también ha movido a Edhasa a recuperar en un solo volumen la novela Alejandro Magno, de Gisbert Haefs, que ha puesto a la venta en las librerías este mes de enero. La editorial ha llegado a un acuerdo con la distribuidora Tripictures para que la edición en tapa dura lleve una faja haciendo promoción de la película, mientras que la edición de bolsillo tiene como portada uno de los carteles oficiales de la misma.

Ediciones Nawtilus pone hoy a la venta La breve historia de Alejandro Magno, del periodista y escritor norteamericano Charles E. Mercer. El autor propone un acercamiento a la persona más que al mito, explica el director de la colección Juan Antonio Cebrián. Mercer ve en Alejandro a un explorador y no sólo a un conquistador. 'Era borrachín, pendenciero, le gustaba confraternizar con sus hombres al tiempo que no dudaba en ejecutar a alguno. Era más humano de lo que nos cuentan', asegura Cebrián.

La película de Oliver Stone también ha traído a las librerías El genio de Alejandro Magno (Ediciones B), de Nicholas Hammond, y Alejandro Magno: El destino de un mito, de Claude Mossé, profesora de la Universidad París-VIII, publicado por Espasa Calpe.

Fuera de nuestro país, Penguin ha reeditado Alexander the great, de Robert Lane Fox, el profesor de Oxford que ha ejercido de asesor histórico de Oliver Stone.

Mejor si se conoce la vida del personaje

Con la excepción de un intento de Hollywood hace casi cuarenta años, Oliver Stone ha sido el único que se ha atrevido a trasladar a la gran pantalla la vida de Alejandro. Como cabía esperar, al director le han cosido a críticas. Excesiva duración, rigor histórico discutible, narración a saltos o acontecimientos poco explicados son algunas.La narración cinematográfica sigue los aspectos clave de la biografía de Alejandro: las tensiones familiares, el asesinato de su padre Filipo, la decisiva batalla de Gaugamela (la segunda contra el rey Darío III de Persia al que había vencido antes en Iso), la eliminación de Filotas y Parmenión, la boda con Roxana, la ejecución de Clito, sus campañas en India, la división del ejército, el regreso a Babilonia, su muerte (en la película, envenenado, aunque no hay pruebas históricas que lo confirmen). Todo está de una forma en la que se da por hecho que el espectador conoce la historia. Así que conviene leer alguna de sus biografías antes de entrar en la sala.

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