Infinia abre nuevas líneas de negocio en Barcelona y Madrid
La productora Infinia, nacida en septiembre del año pasado de la fusión de VCM, Filmtel y La Truka, prevé aumentar un 10% su cifra de negocio en 2005, hasta los 24 millones de euros.
El crecimiento se basará en cuatro áreas de negocio, según Mario Pascual, director general de la compañía. Las dos primeras son los servicios de posproducción de publicidad en Madrid, y de televisión en Barcelona. En la práctica, supone extender la actividad que VCM desarrollaba en Madrid y La Truka en Barcelona a la ciudad en la que no estaban presentes.
El tercer foco de crecimiento será la externalización de servicios de producción, postproducción y emisión de canales de televisión. 'Está surgiendo un nuevo modelo de televisión que quiere subcontratar la mayoría de los servicios', explicó Pascual, que citó como ejemplo el concurso abierto por BTV (Barcelona Televisió). Infinia es en la actualidad la responsable de la gestión de MTV en España 'nos proveen de contenido y nosotros ponemos el plató y todos los medios técnicos'.
El cuarto campo de crecimiento es la postproducción en cine. 'Quizá no podamos conseguir una película como Harry Potter, pero estamos preparados para proyectos más modestos, porque en Barcelona les podemos ofrecemos la misma calidad a un precio mucho más competitivo', aseguró Javier Corbat, presidente de Infinia.
El accionariado de la nueva compañía ha quedado, 'a partes prácticamente iguales', en manos de los grupos inversores que había detrás de las tres productoras que le han dado origen: la sociedad Landon Investments, propiedad de la familia Almirall, de los laboratorios Almirall-Prodesfarma (VCM), el grupo Trimagen (La Truka) y Filmax (Filmtel).
Infinia, con unos recursos propios de 12 millones y una plantilla de 130 trabajadores, mantendrá la sede de VCM en Boadilla del Monte (Madrid) y unificará las dos de Barcelona en la calle Port Bou, donde ampliará sus instalaciones. También busca un local para ubicar platós fuera la ciudad 'simplemente por cuestión de precios', según explicó Corbat.