Bloqueo en el inicio del diálogo social
El Gobierno tiene hasta abril para arreglar el desaguisado en el que se ha convertido la negociación de la fórmula para revalorizar el salario mínimo interprofesional (SMI) a partir de 2008. De momento, tras los distintos desencuentros Gobierno patronal y sindicatos entre sí, en las últimas tres semanas, las cosas siguen más o menos como estaban. Lo único cierto hasta la fecha es que desde junio pasado , el SMI es sólo la cuantía mínima que estipula la ley para retribuir a un trabajador y que ha quedado fijada para 2005 en 513,8 euros mensuales y que llegará en 2007 hasta los 600 euros.
Esta renta mínima ya no sirve, como antes, como referencia de renta personal o familiar para el acceso a determinados beneficios, como becas, exención de impuestos, acceso a una vivienda o fijación de la cuantía de la protección por desempleo u otras ayudas sociales. Como renta de referencia para todas estas cosas se ha creado el Indicador Público de Rentas de Efectos Múltiples (Iprem), que ha quedado fijado en 460,5 euros y que cada año revalorizará el Gobierno como estime oportuno.
El SMI sí se mantiene, sin embargo, para fijar la cuantía de la base mínima de cotización o como requisito de renta para el acceso a la prestación contributiva de desempleo. La única incertidumbre en toda esta reforma del SMI, y la que ha creado la polémica, es cómo se revalorizará el salario mínimo a partir de 2008: ¿de manera automática, por ley, y en función de la inflación pasada, como defienden los sindicatos y el Ministerio de Trabajo o de manera negociada cada año en función de la marcha de la economía, como quiere la patronal CEOE y el Ministerio de Economía?.
Gobierno empresarios y sindicatos admiten que los perceptores del salario mínimo no llegan a 200.000 (el 1,4% del total) y que incrementar hasta un 25% el SMI hasta los 600 euros sólo supone el 0,8% de la masa salarial total.
Entonces, ¿qué ha pasado? ¿De quién es la culpa de que una de las negociaciones aparentemente menos conflictivas del diálogo social haya fracasado tan estrepitosamente? y lo que es peor, ha contaminado el resto de las negociaciones, más trascendentales, antes incluso de empezar.
El argumento que ha usado la patronal para rechazar que la revalorización del SMI sea automática, es que aunque afecte a poca gente directamente, esta fórmula contagiará al resto de categorías salariales, sobre todo a las inmediatamente superiores al salario mínimo, elevando estos salarios sin tener en cuenta la marcha de la economía, 'lo que se traducirá en pérdida de empleo'.
Si bien, en clave interna, fuentes de la negociación, interpretan que la marcha atrás de la patronal llegó cuando los empresarios detectaron la profunda división dentro del Gobierno respecto a este asunto. Pero sobre todo, lo que preocupó a la cúpula empresarial fue enterarse que ellos estaban de parte del perdedor de la batalla interna del Gobierno: el vicepresidente económico, Pedro Solbes. Esto llevó a los empresarios a radicalizar sus posturas y rechazar el acuerdo del SMI, que en un principio acogieron con reservas, para reforzar sus posiciones de salida de cara a las próximas negociaciones laborales.
'Cuando los empresarios se dieron cuenta de que Pedro Solbes, que es en quien ellos confían, podría no tener la última palabra en futuras negociaciones, más importantes, como la de la temporalidad en el mercado laboral o la reforma de las pensiones, decidieron hacer valer su propia fuerza', indican estas mismas fuentes.
Claves sobre el salario mínimo
El mínimo interprofesional ha quedado fijado para todo 2005 en 513,8 euros al mes. En 2007 habrá subido hasta los 600 euros.La fórmula para revalorizar el SMI aún no está decidida y es la que ha provocado la polémica de los últimos días.La nueva renta de referencia para recibir becas, vivienda protegida o ayudas sociales (Iprem) será de 460,5 euros al mes en 2005.
Historia de un desencuentro, paso a paso
Los representantes del Gobierno, patronal y sindicatos en la mesa de negociación del Salario Mínimo salieron de su reunión del pasado 22 de diciembre convencidos de que habían cerrado un acuerdo. Los sindicalistas y los empresarios pactaron que el texto final recogería las objeciones que tenía cada una de las partes. La patronal expresaría su reserva por la revalorización automática del SMI y los sindicatos por la bonificación de 10 euros al empresario por cada trabajador con salario mínimo, para compensar su subida.El día 28 de diciembre, los sindicatos recibían una llamada de los empresarios confirmando que al día siguiente se firmaría el acuerdo con las reservas acordadas. Tres horas después, las centrales reciben otra llamada, esta vez del Gobierno, anunciando 'serios problemas' con la fórmula escogida para revisar el SMI, pero no se desconvoca la firma de la mañana siguiente. Este día, ya no es sólo la patronal la que se niega a firmar sino también el representante del ministerio de Economía. Pero un día después, el ministro de Trabajo Jesús Caldera, aprueba el texto pactado con los sindicatos, en contra de Solbes. La patronal mantiene su rechazo hasta hoy y el Gobierno trata ahora de buscar otra fórmula que contente a los empresarios.