Enel da marcha atrás y frustra la salida de Telefónica de Italia
Telefónica Móviles sigue teniendo una filial de UMTS en Italia. Durante una semana la operadora española había conseguido lo que lleva años buscando: vender Ipse. Pero en Nochevieja el sueño se truncó. La compradora, Enel, dio marcha atrás y renunció a la adquisición por problemas fiscales.
El 24 de diciembre Telefónica recibió una muy buena noticia: al fin había un comprador para su filial italiana de UMTS, congelada desde antes de su nacimiento. El salvador era la eléctrica Enel, dispuesta a pagar 792 millones de euros.
La cifra es muy inferior a la desembolsada en 2000 por el consorcio Ipse, en el que Telefónica roza el 50% y que abonó 2.443 millones por una licencia de telefonía móvil de tercera generación. Aun así, suponía una salida muy digna de la situación en la que se encuentra la operadora española en Italia, sobre todo porque las pérdidas de la operación ya han sido limpiadas en el balance hace tiempo y la cuantía que estaba dispuesta a pagar Enel era más que razonable.
Pero la alegría sólo duró una semana. En Nochevieja Enel retiró su oferta, alegando que no había obtenido determinadas seguridades sobre la aplicación de créditos fiscales.
Lo primero que hay que saber para entender el compromiso y posterior marcha atrás es que hay pocas cosas que estén más lejos de la intención de Enel que crecer en telecomunicaciones. De hecho, la eléctrica es dueña de una operadora de telecomunicaciones, Wind, y su objetivo es venderla o sacarla a Bolsa cuanto antes para centrarse en su negocio principal, la energía y el gas.
Entonces, ¿por qué aprobó la adquisición de Ipse? La respuesta está en los créditos fiscales de la filial de Telefónica. Según las cuentas de Enel, la compra de Ipse le proporcionaría un escudo fiscal de 800 millones, que se convertiría en una ganancia bruta de 200 millones, una vez incluidos los beneficios de la reventa de frecuencias a otros operadores. Además, Ipse serviría para reforzar el valor de Wind, ya que así tendría más capacidad de red que ofrecer a sus clientes.
Lo que Enel nunca consideró es que el Gobierno no estuviera de acuerdo con sus planes, sobre todo porque ha sido el Ejecutivo el que ha estado buscando una solución para la filial de Telefónica. Pero ha faltado su respaldo. La agencia tributaria ha aceptado la estrategia fiscal de Enel, pero dice que tendrá que revisarla si Wind se vende o sale a Bolsa. Y, puesto que los planes de la eléctrica pasan necesariamente por una de estas dos opciones, la compra de Ipse se ha descartado.
Todo el proceso de venta vuelve a empezar
La oferta de Enel sobre Ipse era muy favorable para los intereses de Telefónica, pero en la operadora tampoco consideran que la marcha atrás sea el final del camino. Ahora, la compañía española volverá a iniciar el proceso de venta, con las tres opciones que siempre han estado encima de la mesa abiertas.Lo mejor para Telefónica sería otra oferta similar a la de Enel, es decir, la compra de la compañía completa y a buen precio. Pero la española también está dispuesta a vender el bien más preciado de Ipse, sus frecuencias, y luego disolver la compañía. En el pasado, las operadoras de móviles italianas se han mostrado dispuestas a comprar espectro, pero el precio ha sido el obstáculo.La tercera opción, y la menos deseada, es alquilar las frecuencias. En cualquier caso, Telefónica tiene tiempo, ya que el Gobierno no le retirará la licencia.