De los tiempos del aguinaldo

Las primeras felicitaciones gremiales navideñas que se conocen en Barcelona fueron editadas en 1831 por la viuda y la hija de Antoni Brusi, refundador del Diario de Barcelona. Los repartidores de este periódico iban por las casas ofreciendo las felicitaciones navideñas (nadales, en catalán) a cambio de una propina navideña o aguinaldo.

Las que tenían más aceptación eran las que repartían los serenos y vigilantes, cuerpos creados en el siglo XVIII formados por voluntarios, que no cobraban sueldo y vivían de las propinas de los vecinos. La extinción de estos cuerpos en 1976 supuso también la desaparición de esta costumbre, que había tenido su época dorada desde finales del siglo XIX, hasta la guerra civil. Otros oficios que repartían felicitaciones eran los carboneros, lecheros, sastres y modistas, basureros, barrenderos, carteros o faroleros.

La muestra que acoge un centenar de felicitaciones procede del Archivo de Joan Amades (Barcelona 1890-1956) y que actualmente es propiedad de la Generalitat de Cataluña. Interesado por la iconografía popular impresa, Amades se dedicó desde 1923 a recopilar y estudiar las manifestaciones populares de la imaginería.

Exponadales se podrá visitar hasta el próximo 8 de enero en el Palau Moja de Barcelona (Rambla, 118).