Pautas para el consumo responsable en Navidad
Si el consumo fuera una religión, la Navidad sería su camino a la Meca. Nunca se compra tanto y tan desenfrenadamente, a pesar de que el gasto de los españoles en regalos, ocio y ropa se haya estancado este año en unos 200 euros de media por persona, según la confederación de consumidores Ceaccu. Entre las prisas y las largas listas de regalos, las compras se hacen, muchas veces, a ciegas. Ante esto, ya no sólo las ONG, sino las agencias de consumidores y gobiernos regionales, como la Junta de Andalucía, refuerzan en estas fechas sus campañas para fomentar un consumo responsable y sostenible.
Comprar de una forma responsable significa pararse a pensar las repercusiones medioambientales y sociales que la compra de ese producto conlleva, pero también si realmente se necesita lo que se va a adquirir, si se le va a dar uso o si es necesario tanto envoltorio para presentar un regalo. 'El consumo responsable es una actitud', resume Montse Peiron, directora de la revista de consumo responsable Opcions y miembro del Centro de Investigación e Información al Consumo de Barcelona.
Montse Peiron da algunas pistas. La regla, y tal vez la más difícil, es consumir menos por 'cuestiones de sostenibilidad y por la espiral de insatisfacción que genera un consumo desenfrenado', propone. Reutilizar lo que se tiene, y, a la hora de regalar, confeccionarlo uno mismo, regalar cosas que duren y no sean de usar y tirar u optar por el regalo experiencia, que puede ir desde una cena a unas entradas al teatro. Es también cuestión de imaginación. 'Se trata de que la gente se pare a pensar en el impacto de su consumo', apunta Peiron, que insiste en que 'no debe ser sólo en Navidad y en las tiendas de comercio justo'.
Las tiendas de comercio justo de Intermón Oxfam facturan cerca de un tercio de sus ventas globales en estos días. Además, cada año crecen un 40%
Porque si con algo se asocia el consumo responsable es con las tiendas de comercio justo, que han proliferado en España en los últimos años. Sus máximas son un comercio más igualitario e integrador de la dimensión económica con la social y ecológica, una mayor participación de los pequeños y medianos productores y el establecimiento de unas condiciones laborales dignas y estables.
Desde Intermón Oxfam, que cuenta con 34 tiendas de este cariz repartidas por la geografía española y que ha empezado a comercializar sus productos en grandes superficies, se estima que el comercio de productos bajo criterios éticos está en un momento privilegiado. Las Navidades marcan el carácter todavía muy estacional de este tipo de comercio que factura entre el 25 y el 30% de las cuentas globales en estas fechas.
En 2003, y según la federación de ONG Setem, el comercio justo facturó el año pasado más de 10 millones de euros en España, una cifra que crece año a año aunque aún está lejos de los 50 millones de países como Alemania o Reino Unido. Intermón afirma que sus ventas crecen un 40% anual.
Rascar en el bolsillo y acordarse de los que no lo pasan tan bien es muy propio de las fiestas navideñas. Tanto es así que desde Intermón Oxfam se admite que en torno al 45% de las donaciones que reciben al año se concentran en la época navideña que incluye los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero. Unicef también recibe entre un 15 y un 20% más que el resto del año. También es época de bonanza en lo que a nuevos socios se refiere. Es el momento del año cuando las ONG reciben más suscripciones. El reto: que no llegue, como el turrón, sólo por Navidad.
Pistas para presentes con fondo
Comercio JustoColgantes Masai, un armario hecho por artesanos de la India o un juego de manteles confeccionado por una cooperativa de mujeres en Bombay. La lista es especialmente abundante y atractiva en lo que a artesanía se refiere. La alimentación, con el especial desarrollo del comercio ético de café, es el sector en que más crecen las ventas. Quien compre en tiendas de comercio justo, sea por internet o en establecimientos físicos, tendrá la garantía de que, aunque salga un poco más caro, estará contribuyendo al desarrollo de una comunidad deprimida. Eso también es un regalo.Regalar ArteNunca fue tan cierto eso del arte al servicio de la sociedad como en el caso de ONG como Coopeart, Artsur o Arte por la paz. Una carpeta de nueve grabados y textos que reúne a artistas como Guinovart con autores como Benedetti o Galeano por 1.200 euros (Arte por la paz). Un original de Luis Gordillo por algo más de 400 euros (Cooperart) o un Miró o un aguafuerte de Antoni Miró por 195 euros (Artsur). Además de un regalo de gusto, los fondos obtenidos de las ventas van destinados a proyectos de cooperación. La oferta es amplia y atractiva.MúsicaSonidos de Mali, Sudáfrica, Colombia e Italia. Esta es la propuesta de Setem para regalar música de diferentes lugares del mundo esta Navidad. La red de Consumo Solidario (la catalana la Xarxa) recopila temas de Lluís Llach, Manu Chao, Ojos de Brujo o Amparanoia, entre muchos otros, en el CD Música por Palestina que destina sus fondos a proyectos sobre el terreno de conflicto.DidácticoSobre todo para los niños, juegos y libros que les den a conocer lo que ocurre en otras partes del mundo y a ser responsables en su modo de vida. Cuentos de valores solidarios de la Fundación por la paz o el juego de mesa Colony para educar para el desarrollo.
Felicitaciones solidarias
La larga lista de costumbres navideñas incluye entre las más asiduas las tarjetas de felicitación. No sólo los comercios no dan abasto, las oficinas de correos se colapsan de buenos deseos para el nuevo año en forma de postales coloristas. Es en este rito donde el consumo solidario ha calado con más fuerza y si hay que buscar un culpable, que no es el caso, ese sería Unicef, que ha popularizado la tarjeta navideña de tinte social. Prácticamente todas las ONG venden postales cuya recaudación va a parar a programas de desarrollo, pero fue Unicef, en 1945, la que marcó la senda.El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, más conocida por sus siglas, vende en el mundo 125 millones de tarjetas en Navidad, de las que el 70% se vende en Europa. España es el país donde más postales se venden (12,5 millones), aunque no donde más dinero se recauda por el precio más bajo del producto respecto a otros países como Alemania. La recaudación ronda los cinco millones y medio de euros.Francisco Cuadrado, responsable de recaudación de Unicef España, explica que los mayores compradores de sus tarjetas de felicitación son las empresas, que lo hacen en grandes cantidades y son un mercado seguro y fiel.La sinergia con el mundo empresarial y con las cajas de Ahorro, los bancos, la red de estancos y Correos, que funcionan como puntos de venta, es la clave para llegar a la mayor cantidad de gente posible.Es, además, un mercado bien asentado que no sufre grandes variaciones de un año a otro. Unicef ha aumentado en 300.000 el número de postales con respecto al año pasado.