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CincoSentidos

Una noche para hacer empresa

En el salón irrumpe una mujer con traje de época que se dice baronesa y que parece sacada de un cuento gótico. Se escucha un grito y, al cabo, aparece su cadáver. Una trama digna de la pluma de Agatha Christie o del consabido juego de mesa Cluedo que, en cambio, ha sucedido en una cena de Navidad de una empresa española. Los trabajadores tendrán que formar grupos y averiguar, cual Hércules Poirot, quién asesinó a la dama.

Podría parecer un simple juego si no fuera porque sirve, además, de auténtico termómetro de la habilidad, implicación y destreza de los empleados de una empresa. Además, 'este tipo de actividades facilitan la distensión para que la gente se conozca y estreche lazos', asegura la encargada de eventos de la veterana empresa de animación Animatur, Yolanda Osuna, que dice no dar abasto para atender la demanda.

Si bien la cena de Navidad es una tradición muy española, arraigada tanto en la pequeña como en la gran empresa, es esta última la que desde hace unos años está buscando fórmulas nuevas y originales. Una estrategia importada de Estados Unidos y el norte de Europa. Los departamentos de recursos humanos lo saben: es un momento único para reforzar la comunicación interna de la compañía.

Isabel Vallejo es la responsable de recursos humanos de la empresa de ingeniería Accitur, que emplea a unas 200 personas en Miranda del Ebro entre las cinco subdivisiones del grupo. Esto hace que durante el año no haya contacto entre los empleados y que cada uno trabaje sin saber muy bien de la marcha global de la empresa.

'En la cena de Navidad aprovechamos para dejar claros los objetivos globales y que las personas sepan para qué sirve su parte del trabajo. Es como la fábula de la construcción de la catedral', explica. Además, Vallejo se empeña en que cada año sea una ocasión diferente y divertida.

La carta en juego es la motivación. 'Las empresas son cada vez más conscientes de que deben cuidar a sus empleados y no sólo al cliente', considera Verónica Gros, del portal de servicios especializados Eventoclick. Se trata de crear 'una marca interna' para que 'la gente vea el lado humano de su jefe y se sienta orgulloso del trabajo'.

Pero no sólo eso. En Accitur la cena de Navidad es la ocasión idónea para escuchar unas palabras del presidente del grupo, conocer los objetivos alcanzados en el ejercicio que se cierra y los del año que arranca. 'Se intenta que el discurso sea ágil y que no dure más de media hora', dice Vallejo. El reconocimiento de ciertos empleados suele estar también entre los objetivos.

Una de las tendencias más en boga es la de tematizar las cenas, siempre 'teniendo en cuenta el perfil de los trabajadores', asegura Yolanda Osuna. Esto implica que durante unas semanas al año las empresas de animación trabajen codo con codo con los departamentos de recursos humanos para confeccionar un evento a medida.

Pero la animación para empresas no tiene como terreno exclusivo las fechas navideñas. 'Las empresas grandes están institucionalizando la animación para reuniones y congresos', aseguran desde Animatur. Se juega con el factor sorpresa pero sobre todo con actividades que fomenten el trabajo en equipo en un ambiente distendido. 'Cada vez se organiza más el divertimento en las empresas para estrechar las redes informales', asegura Enrique de Mulder, presidente de la consultora de recursos humanos Hay Group. Todo un nicho de mercado.

Consejos para un evento exitoso

l La originalidad es clave en las cenas de Navidad que quieren ir más allá de los tres platos. Las empresas de animación ofrecen gran variedad de servicios y fórmulas de entretenimiento. Van desde la contratación de actores y actrices que hacen de camareros, magia, o juegos interactivos como El misterio de la baronesa de la empresa Animatur. La tendencia es a prolongar la animación durante toda la cena y que no sea sólo un espectáculo puntual.l Prescindir del protocolo es vital para favorecer la distensión, sobre todo entre trabajadores y mandos. Es recomendable que los jefes no actúen como tales por una noche, aunque tampoco conviene tener que arrepentirse después de unas copas de más.

 

l Si bien la sorpresa es el factor en juego en las cenas de Navidad que cuentan con animación, hay que tener en cuenta que el objetivo no es impresionar a los trabajadores sino crear un clima humano y cercano. No conviene que el trabajador sienta que la empresa está derrochando, hay que ajustarse a la realidad.

 

l Generar un recuerdo es uno de los objetivos, lo que contribuye a afianzar la cultura de empresa, máxime cuando se trata de grandes corporaciones. En ese caso, los empleados no suelen verse a lo largo del año y la cena de Navidad constituye una ocasión en común.

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