Tagonius 2000, la nueva cara de Arganda
Aunque muchos no lo sepan, en Madrid se hace vino desde la Edad Media, y en el Siglo de Oro tenían bastante fama. Pero no ha sido hasta épocas bastante recientes cuando los vinos de la capital han empezado a considerarse como de calidad, porque hasta el boom vinícola de los 80 -extensivo a todo el país- la producción se destinaba a graneles y vinos de mesa. La modernización, las inversiones y el espaldarazo de la comunidad autónoma, supuso en 1984 la creación de la denominación específica Vinos de Madrid, que cristalizaría en DO seis años más tarde.
Desde entonces el nivel de sus vinos ha ido subiendo, fundamentalmente gracias a una serie de bodegas que lo están haciendo muy bien. Y claro, han surgido nuevos elaboradores, como Bodegas Tagonius, fundada en 2000 por el grupo Foxa. Situada en Tielmes, en la ribera del Tajuña, pertenece a la subzona de Arganda, la de mayor número de productores (27 de los 39 existentes; el resto se ubican en las subzonas de Navalcarnero y San Martín de Valdeiglesias).
La bodega cuenta con 15 hectáreas de viñedo de tempranillo, syrah y malvar en propiedad -el resto de la uva la compran a viticultores- y envejece sus vinos en 600 barricas de roble francés y americano. Esto, unido a unas instalaciones enológicas de última generación, ha redundado en una gama de tintos de corte moderno, ensamblajes de variedades autóctonas y foráneas, con cuidadas crianzas en buena madera. Los dos últimos que han visto la luz son el Tagonius Gran Vino 2000 (un vino escaso, de alto precio y con vocación de autor) y este Tagonius crianza 2000, elaborado con tempranillo, cabernet sauvignon y syrah, que ha pasado 9 meses en barrica nueva. Con fruta madura en nariz, vainilla y tostados propios de la madera, en boca muestra cuerpo, potencia, y rasgos de buena crianza, manteniendo una adecuada acidez. Tánico y frutal en el posgusto. Precio: 12 euros.