Otra vía de llegar a los mercados
Son operaciones que suponen, a veces, la retirada de cotización de las empresas de Bolsa. Cuando las sociedades de capital riesgo entran en el accionariado de compañías cotizadas, éstas se van de los mercados bursátiles. Pero también, sin que esto suponga una contradicción, esos movimientos pueden ser el camino a medio plazo para volver a ellos o para acceder por primera vez: y esos casos existen en todos los países europeos.
Ahora cuando todavía se viven los efectos de la crisis bursátil que se inició en el año 2000, como señala Lorenzo Martínez, socio de Nmás1 Private Equity, muchas empresas de tamaño mediano tendrían problemas para salir a Bolsa si decidiesen ampliar su accionariado y crecer por esa vía. Por ello, y en caso que no se desee centrar toda su estrategia de expansión con créditos de las entidades bancarias, otra posibilidad es acudir al capital riesgo. 'Y la inversión más clásica que diseñamos, añade, es la aportación de capital y gestión'.
Y en la misma línea, Alfredo Gatius, codirector del equipo de ABN Amro Capital en España, señala que 'es la alternativa más natural para una compañía mediana que quiera crecer sin basarse sólo en los fondos ajenos'. Es igualmente, señala, una opción a cotizar en Bolsa, aunque también puede ser la vía para llegar después a los mercados de valores.
La entrada de los nuevos socios en el capital suele además ampliar las posibilidades de financiación a través de bancos y cajas
Y Gatius añade que, en la actualidad, una compañía que no tenga al menos un valor de 250 millones de euros o que facture una cifra similar cada año, e incluso de magnitudes más grandes, poco puede hacer aunque quisiese empezar a cotizar. 'Hay complicaciones igualmente para sociedades que cuentan con mayor dimensión. Creo que no se lo pueden ni plantear', agrega
Las sociedades de capital riesgo, señalan estos expertos, dan también a esas empresas más rigor en la dirección de los negocios y muy especialmente en las prácticas contables. Actitudes que luego serán necesarias para cumplir con los requerimientos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) o de otros organismos supervisores. 'Aportamos capacidad de gestión que después será muy importante, así como conocimientos financieros', subraya Alfredo Gatius. 'Nuestra entrada en el accionariado es un importante catalizador para los cambios, para la profesionalización', destaca Lorenzo Martínez .
Pero lo que básicamente permite es crecer, premisa que es necesaria para movimientos posteriores, aunque sea la venta a socios industriales. Ahora la mayor parte de las operaciones que se realizan en España, como indica Dominique Barthel, directora general de Ascri (organización que agrupa a las sociedades de capital riesgo), está enfocada a la expansión. Y es que las sociedades de capital riesgo, ya sea entrando con la compra de un paquete mayoritario o minoritario, suelen materializar estas operaciones a través de una ampliación de capital. Si es en mayoría o en minoría depende básicamente de la estrategia de cada sociedad. La entrada en minoría fue un sistema seguido por Mercapital, uno de los pioneros en España de esa actividad, aunque luego sus posiciones sirviesen para que las empresas accediesen a la Bolsa.
Porque el siguiente paso es cómo se materializa la salida. Todos coinciden en que el tiempo idóneo de permanencia de una sociedad de capital riesgo no suele pasar de los cinco años. En caso de no ser a través de una OPV, los caminos más usuales son la compra por otra empresa del sector o por el equipo directivo (management buy out).
Y para evitar problemas de desacuerdos antes de entrar en una compañía 'se pactan los mecanismos de salida junto a los proyectos', señala Santiago Gómez, director de inversiones de Nmás1. 'Todos los posibles conflictos están regulados', añade.
Los fondos de los que se surten esas sociedades, y que después invierten, provienen generalmente de entidades financieras y de grandes fortunas. Pero se están abriendo otras vías como los fondos de fondos, a través de los que podrán acceder otros inversores institucionales, como los fondos de pensiones.
La experiencia en la cadena High Tech
Además de las grandes operaciones que están en cartera, como podría ser la venta de Amadeus o la de Auna, hay otras apuesta del capital riesgo que parecen confirmar que los objetivos pueden cumplirse. Esta cadena hotelera, en la que participan Nmás1 y Dinamia, junto con el equipo directivo, lleva una ascendente carrera con el control de más de 20 establecimientos en sólo tres años de vida y mantiene un plan estratégico de expansión.Y como en casi todos los casos pensando en la rentabilidad. 'Nosotros, indica Gatius de ABN Amro, tenemos que generar para los inversores una rentabilidad mayor a su dinero que las empresas que cotizan en bolsa'.Y añade que así se compensa la menor liquidez.