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Reforma del IRPF

La idea del tipo único aviva el debate sobre la reforma fiscal

El debate sobre el futuro del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas sube de temperatura. El Gobierno se ha comprometido a reformar el impuesto el año que viene y el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, inició hace varias semanas el debate público sobre cómo debe ser esta reforma proponiendo que se 'suavicen' las deducciones por fondos de pensiones y vivienda. Eso sí, se comprometió a que el Gobierno 'no tomará ninguna decisión en contra de la opinión mayoritaria de la sociedad'.

El debate que se aviva ahora con una propuesta revolucionaria de tipo único para el IRPF. El director de la Oficina de Economía de Presidencia, Miguel Sebastián, asegura en un libro publicado esta semana que el modelo actual de IRPF es 'injusto, ineficiente, enormemente complejo, obsoleto e ineficaz en términos de recaudación'.

Por ello, propone transformar el actual impuesto (que tiene cinco tramos, cinco tipos y un abigarrado rosario de deducciones por ahorro e inversión) y convertirlo en un impuesto con un sólo tipo de gravamen situado en el 30%, con un mínimo exento de 12.000 euros de renta, y en el que hayan desaparecido todas las deducciones.

La propuesta de Sebastián se incluye en el capítulo 'Ideas para una reforma fiscal', contenido en el libro Estudios en homenaje a Luis Ángel Rojo, que fue presentado el pasado jueves y detallado en Cinco Días.

El IRPF propuesto por Miguel Sebastián beneficia a doce millones de contribuyentes y perjudica a los 2,3 millones restantes, en comparación con el modelo actual. El colectivo de perdedores de este modelo fiscal (que ahora es únicamente una aportación al debate, aunque heterodoxa donde las haya) se encuentra entre las personas que ganan de 15.000 a 51.000 euros al año y tienen deducción por compra de vivienda (una de cada dos).

Los ganadores con el modelo propuesto por el asesor de Zapatero son más de doce millones de contribuyentes, a los que con un tipo cero para sus primeros 12.000 euros de renta le mejora su tipo efectivo respecto al que soportan ahora. Pero cierto es también que los perceptores de rentas más altas, los 1,43 millones de contribuyentes de acaparan una tercera parte de la renta declarada en el impuesto, salen generalmente beneficiados; la rebaja de su tipo efectivo es más abultada que la pérdida del beneficio fiscal imputable a la retirada de las deducciones por vivienda y fondos de pensiones.

El quebranto económico que supone para los contribuyentes que salen perjudicados es variable, en función de sus deducciones y de la intensidad en su uso. Pero la pérdida máxima puede llegar a un 4% si el contribuyente tiene una renta de 30.000 euros y una deducción máxima por vivienda de 1.575 euros; pagaría 1.200 euros más al año respecto al actual sistema de IRPF.

El informe destaca que, con el IRPF actual, ese contribuyente 'perdedor' que gana 30.000 euros al año goza de un tipo efectivo idéntico al de un contribuyente que gane sólo 22.000 euros pero que no se aplique la deducción por compra de vivienda.

Las rentas altas tienen mayores bonificaciones fiscales

Miguel Sebastián argumenta que el sistema de deducciones en la base imponible del IRPF (en vez de en la cuota) y los beneficios fiscales actuales, como las aportaciones a planes de pensiones, favorecen, sobre todo, a los contribuyentes situados en los últimos tramos de renta.Por ejemplo, un contribuyente con unas rentas del trabajo de 54.000 euros anuales (sujeto a un tipo marginal del 45%), y que goce de una deducción en cuota por vivienda, de 1.500 euros, y otra deducción en base por aportaciones a planes de pensiones, de 8.000 euros, tendrá al final, 'el mismo tipo efectivo (18%)' que otro, con una renta de sólo 24.000 euros (menos de la mitad), pero que viva de alquiler y no realice ninguna aportación a un plan de pensiones.Esta discriminación entre quienes gozan de deducciones en el IRPF y quienes no las tienen es la que pretende recortar el Gobierno con la nueva reforma del IRPF, prevista para el próximo año.'Esta violación de la progresividad formal se acentúa con el tratamiento de las ganancias de capital', comenta de igual forma, el jefe de la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno. Sebastián pone otro ejemplo. Ahora, un contribuyente con una renta de un millón de euros, procedente de la venta de activos, tiene un tipo efectivo inferior (15%) que otro declarante con unos ingresos del trabajo cuarenta veces más bajos (25.000 euros), pero que sean de origen salarial.

A vueltas con el coste de la reforma

La reforma fiscal que prepara el Gobierno para aplicar a la renta desde enero de 2006 pretende tener un coste neutro, a juzgar por las intenciones adelantadas por el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien manifestó que no pretendía recaudar más ni menos.La propuesta explicada por Miguel Sebastián en un libro presentado esta semana en Madrid tiene un coste de 2.000 millones de euros. Pero este coste recaudatorio es inferior a los 3.500 millones de euros a los que renunció Hacienda con la primera de las dos reformas del Impuesto que aprobó el ex ministro Cristóbal Montoro.

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