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Miles de productos a precios de hace cincuenta años

La cita es hoy a partir de las 10 en el número 27 de la Gran Vía madrileña. Como si de una multinacional se tratara, la empresa valenciana Julián López pone en marcha una espectacular operación comercial para celebrar sus bodas de oro, que sin duda logrará atraer la atención de los madrileños con sus ofertas irresistibles: 15.000 pañuelos de hombre, 15.000 fulares y 30.000 metros de telas etiquetadas entre 20 y 30 euros, al único precio de 0,59 céntimos. Un precio de 1953, año en el que Julián López, un joven emprendedor nacido en Requena (Valencia), iniciaba su camino empresarial con un comercio de tejidos en el número 9 de la calle Periodista Azzati, de Valencia.

Animado por el éxito de la tienda valenciana, el visionario comerciante fue replicando su modelo de negocio en otras ciudades. Un negocio basado en ofrecer a la clientela un amplio surtido de telas de calidad a precios razonables con un servicio esmerado. En la actualidad, la cadena cuenta con nueve establecimientos y su oferta la componen millones de referencias.

Cumplir medio siglo de actividad en un sector como el textil, donde el prêt-à-porter se impone desde hace décadas a la confección a medida, clientela fundamental del negocio de tejidos, no parece tarea fácil.

El pasado año lanzó la marca Paula Eider, una nueva gama de ropa para el hogar que aporta diseño y textura de calidad a colchas, sábanas y manteles

Uno de los secretos del éxito de Julián López es, según expresa Javier Enrich, responsable comercial de la firma y artífice de la campaña, 'haber hecho pivotar el negocio en el servicio al cliente. Ahora parece obvio, pero hace 50 años, cuando a los clientes se les trataba de cualquier manera y la oferta era lentejas, sí tiene mérito. Sobre todo si tenemos en cuenta que se trataba de un empresario hecho a sí mismo, que concibe su empresa desde la estrecha relación con el cliente, que recorre medio mundo para encontrar los tejidos que demandan y ofrecerlos a un precio razonable... Todo un ejemplo de gestión'.

Un patrón empresarial que ha funcionado durante todos estos años y que cuenta con planteamientos de futuro, pues lo que comenzó hace medio siglo en Valencia como comercio de tejidos es hoy una cadena con nueve establecimientos, alguno de ellos con una academia de corte y confección como servicio complementario a sus clientes.

A la expansión territorial le siguió la diversificación. En una primera etapa, con la incorporación de textiles para el hogar y, desde el pasado año, con el lanzamiento de la marca Paula Eider para su gama de ropa confeccionada para el hogar. 'De diseño moderno y primerísima calidad, con la que buscamos mantener la sólida relación con nuestros clientes, que buscan crear su propio estilo', asegura Enrich.

Hoy, una vez más, la clientela será el objetivo de Julián López, que pretende, con una iniciativa de marketing sin precedentes, agradecer su fidelidad y convertirla en protagonista de las principales escenas de este viaje en el tiempo que hoy vivirá la Gran Vía madrileña. Actores profesionales amenizarán la espera de los miles de clientes que acudirán al reclamo de la ganga de calidad.

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