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Tecnología

Listo para despegar

El próximo día 18 de enero se presenta en sociedad la primera unidad del Airbus 380, el mayor avión comercial jamás construido. Se trata del acontecimiento que pone en la pista de despegue a un ingenio que cuenta con todos los ingredientes para convertirse en el primer símbolo tecnológico del tercer milenio. El vuelo inaugural de la fase de pruebas, aún sin fecha precisa, se realizará en el primer semestre de 2005. En los meses siguientes, los cuatro aparatos que ya están terminados en la planta de ensamblaje de Toulouse, en Francia, realizarán todo tipo de ensayos hasta completar 2.000 horas. El primer vuelo comercial se realizará a mediados de 2006.

La industria española participa por primera vez en la historia en el diseño y la construcción de un ingenio que está destinado a convertirse en el emblema de la aviación civil de las próximas décadas. Y lo hace con una aportación en las partes esenciales del cono, las alas y el estabilizador situados en la cola del avión, que supone el 10% del aparato.

Avión estrella

Faltan cuarenta días para la presentación en sociedad del A380, el primer símbolo tecnológico del tercer milenio

La empresa europea que ha diseñado y fabricado el superavión tiene 139 pedidos en firme. El punto de equilibrio del proyecto se consigue con 250 aparatos. Las compras iniciales han sido realizadas por las compañías intercontinentales más importantes, que son las que marcan la pauta en el mercado aéreo más exigente: Air France, Lufhansa, Emirates, Fedex, Korean, Thai, Singapore, Virgin, Qatar, ILFC, entre otras. Airbus y las aerolíneas compradoras reconocen que el uso que van a hacer del A380, al menos durante las primeras fases de su explotación, es aquel que les permita convertirlo en el avión estrella de su flota transoceánica, transformando sus estándares de servicio en una ventaja competitiva frente a sus competidores. Algo parecido a lo que aconteció con el archifamoso Jumbo en la fecha de su puesta en servicio en 1969. Desde entonces hasta hoy, que está en declive, el Boeing 747, con su capacidad para transportar 450 personas,se ha mantenido como buque insignia de la flota de las más prestigiosas compañías aéreas.

Las ventajas tecnológicas del Airbus 380, que incorpora todos los avances de los últimos 40 años, se han descrito en múltiples ocasiones. No sólo será la nueva aeronave comercial más grande; su coste por pasajero y kilómetro transportado es un 15% más barato que el de su gran antecesor; las emisiones de ruido, un 50% menores, y su autonomía de vuelo alcanza 15.000 kilómetros. El precio de compra en catálogo es de 280 millones de dólares, pero su coste de operación resulta un 30% más barato que el del mítico Jumbo, según la información que facilita Airbus.

Una nueva forma de volar

Son menos conocidos, casi secretos, esa multitud de detalles que el nuevo aparato aportará al confort de sus pasajeros. El constructor europeo es hermético a la hora de informar sobre las configuraciones, mejoras de comodidad y los nuevos usos que las compañías aéreas compradoras han decidido incorporar a los diseños del superavión, que, en la mayoría de los casos, ya se encuentran muy avanzados. Afirma que forma parte del secreto comercial mejor guardado de cada uno de sus clientes.

La capacidad máxima del Airbus 380, si el avión se dedica en su totalidad para clase turista, es de 888 pasajeros. No obstante, ninguna de las 11 aerolíneas de transporte de pasajeros que ya han comprado el avión (otras dos lo han adquirido para carga) ha solicitado una configuración que supere las 600 plazas. Todas prefieren utilizar una parte de los amplios espacios que ofrece la aeronave para utilizarlos como zonas de uso co-mún y para otorgar a cada asiento, ya sea de primera, business o turista, una mayor amplitud.

Espacio

La gran baza que quieren explotar las compañías aéreas que van a utilizar este nuevo aparato es el espacio. En los tres pisos en que está dividido el A380 (las dos cabinas de pasajeros más la bodega de carga, convertible también en camarotes para pasajeros de lujo y tripulaciones) existe un 50% más de espacio disponible que en el Jumbo. Entre las configuraciones solicitadas por los compradores, la más densa de ellas sólo ha solicitado un 35% más de asientos que los habituales en el superavión de Boeing.

Este espacio adicional no ocupado por asientos se destina, en general, a crear un nuevo concepto de viaje aéreo que en España podríamos definir como ¢similar al del AVE¢.

La obsesión de las compañías es que sus clientes en un vuelo intercontinental olviden que están atrapados en un tubo cerrado durante más de 10 horas y con nulas posibilidades de abandonar su asiento. El A380 les ofrece la posibilidad de comenzar a disfrutar de una experiencia de viaje en la que la cabina se parece al salón de su casa, donde existen espacios comunes en los que se puede estirar las piernas y pasar un rato de charla con sus compañeros de viaje.

Para lograr esta nueva experiencia, se utilizan elementos estructurales del avión. Primero, la instalación de dos escaleras, en la parte delantera y trasera del aparato que sirven para comunicar los dos pisos. Ambas son diáfanas y amplias. La escalera delantera es de un solo cuerpo. Su amplitud permite lograr el efecto catedral, porque al entrar al avión el pasajero ve tanto el piso de abajo como el de arriba.

Un segundo elemento son las ventanas del aparato. Por fuera, su tamaño es algo más grande que el de los aviones convencionales. Un ingenioso efecto, fruto de la utilización del doble cristal y de la amplitud del fuselaje, hace que la misma ventana vista desde dentro tenga el triple de tamaño que en anteriores aviones. Con ello se disipa la sensación de encierro.

Los diseñadores del A380 han sabido aprovechar al máximo, en tercer lugar, la ventaja que le ofrece el hecho de que en el piso intermedio del avión las paredes sean prácticamente rectas, con lo que se maximiza lo que llaman efecto salón. Esta circunstancia convierte a este piso en candidato a albergar las clases nobles, primera y business, del A380. Los diseñadores del avión recomiendan a las aerolíneas que opten por una compartimentación en habitáculos, con un máximo de 50 pasajeros, lo que reduce la sensación de masificación.

La novedad más celebrada del avión es la de los espacios comunes; grandes salones en los que los pasajeros pueden juntarse en grupos, estirar las piernas y charlar, mientras que toman una bebida, y también la instalación de camarotes. Adelantándose en lo que se hará realidad con gran amplitud en el A380, algunas compañías ya han realizado algunas aproximaciones en otros aviones. En concreto Virgin ya ha puesto en servicio un bar para su clase de negocios, Emirates ofrece camarotes para dormir en cama a sus mejores clientes y Singapore Airlines ha democratizado el uso de los espacios comunes y tiene ya instalado en un Airbus una cafetería para la clase turista. Cuando el A380 comience su vida comercial, las compañías propietarias podrán ofrecer otros usos en espacios colectivos, tales como gimnasios, casino y servicio de ducha.

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