_
_
_
_
CincoSentidos

Arte enterrado en Bruselas

La exposición de arte contemporáneo más transitada de Bruselas se encuentra bajo tierra. El medio centenar de kilómetros de túneles de la red de la capital comunitaria atesora una valiosa colección que crece proporcionalmente al número de estaciones de metro y tranvía.

Desde 1969, un comité de expertos selecciona los artistas a los que se encargará una obra especialmente concebida para su perenne lugar de exposición. Y el catálogo incluye ya firmas tan prestigiosas como los miembros o colaboradores del legendario grupo Cobra (Pol Bury, en la estación de Bourse; Pierre Alechinsky y Christian Dotremont, en la parada subterránea del tranvía de Anneessens) o del surrealista Paul Delvaux (Nous vieus Trams Bruxellois, un óleo de más de 13 metros, cuelga sobre los andenes de Bourse).

La STIB, la empresa bruselense cuya red pública de metro y tranvía transporta más de 165 millones de viajeros al año, sostiene que 'el arte se guarda celosamente en el corazón de las instituciones bancarias, de las colecciones privadas o de los museos. De ahí la idea de confrontar al usuario, en el camino de su vida cotidiana, con pinturas y esculturas de su propio tiempo'. El poderoso universo belga de la viñeta desborda las paredes de la estación de Porte de Hal, fruto de la imaginación de François Schuiten. Y el inevitable Art Nouveau del arquitecto Victor Horta orna la estación del mismo nombre. Las últimas adquisiciones corresponden a los artistas De Villilers, De Rudder, Casimir, De Taeye y Mouffe.

Todos los formatos y materiales están representados en los túneles de la ciudad: óleos, broces, madera, vidrieras, acero, azulejo, murales y composiciones jugando con el propio espacio del viajero. Las obras perduran intactas sin apenas sufrir incidentes relevantes de vandalismo o pintadas y la compañía afirma que la adquisición de esta importante colección supone una parte muy pequeña del coste de construcción y decoración de cada parada.

Archivado En

_
_