Acciones responsables
Ya lo hicieron los cuáqueros en el siglo XIX en Estados Unidos. No invertían en negocios que tuvieran que ver con la esclavitud. En los años sesenta del siglo XX se acuñó en Estados Unidos el término de responsabilidad social corporativa y el primer fondo ético el Pax World Fund vio la luz. Ahora es cada vez más una baza a tener en cuenta también en las inversiones del mercado de valores, como demuestra el creciente interés que generan los índices éticos de la firma británica FTSE, la popular Footsie. Son los FTSE4Good en sus distintas variables, hasta nueve, que acogen a las empresas con políticas más responsables en cuestiones medioambientales, en las relaciones con el inversor y en el respeto de los derechos humanos.
Son sólo siete las empresas españolas entre las 900 que cotizan en este índice, que se revisa cada seis meses por el Servicio de Investigación e Información en Inversiones æpermil;ticas (Eiris, en sus siglas en inglés), el gabinete de esta especialidad más importante de Europa. BBVA, Santander, Gas Natural, Inditex, Repsol YPF, Telefónica y Bankinter son las entidades españolas con presencia en FTSE4Good.
Desde FTSE, que dona la comisión de gestión del índice a Unicef, se considera que invertir en las empresas de este indicador es 'una garantía para el inversor porque obliga a aumentar la transparencia, la contabilidad y, por tanto, a reducir riesgos'. La garantía es doble si se tiene en cuenta que, por ejemplo, las compañías españolas que figuran en FTSE4Good representan más de la mitad de la capitalización del Ibex 35. Es decir, son compañías líquidas con ingresos recurrentes. Tras escándalos financieros como el de Enron en EE UU, la transparencia se ha convertido en un factor muy valorado en el mercado.
'Hemos ido endureciendo los criterios para empujar a las compañías a que se esfuercen en responsabilidad social'
José Luis Vega, director de relaciones con el inversor de Bankinter, reconoce el valor creciente de estar en este índice 'de cara a importantes inversores, sobre todo de fuera de España, que lo miran muy de cerca'. 'Estar en FTSE4Good establece un rango de calidad que hace que las grandes compañías quieran aparecer en el índice', asegura María Jesús Muñoz, profesora titular del Departamento de Finanzas y Contabilidad de la Universidad Jaume I, 'porque si quieres estar en cartera de los mejores inversores, sobre todo de cara al futuro, hay que cuidar los aspectos de responsabilidad social corporativa'. Muñoz considera que el inversor español está 'muy poco informado a este respecto'.
José Luis Vega reconoce 'un cierto retraso de las compañías españolas', aunque no cree que sea motivo de alarma. 'Son políticas que tardan en calar en las empresas', estima, al mismo tiempo que reconoce que 'cada vez es más difícil mantenerse en un indicador que cada año aumenta las exigencias'.
Esa es una de las características de FTSE4Good: las exigencias para entrar o permanecer en el índice aumentan cada año para 'tratar de educar a las empresas en mejorar sus políticas sociales', explica Will Oulton, responsable de este índice en la City londinense. 'En un principio los criterios eran más suaves para fomentar la entrada, pero al ir endureciendo los requisitos hemos sido capaces de empujar una mayor responsabilidad social en las empresas que cotizan'.
FTSE4Good no nació de la nada en 2001, sino de 'las necesidades del mercado'. 'Algunos de nuestros clientes comenzaron a demandar un índice que no incluyera a las tabacaleras y otras empresas sin criterios de sostenibilidad'. Entonces pensaron que sería una tendencia en aumento. Y lo ha sido.
Como también ha ocurrido, excepto en España, con los fondos éticos y de solidaridad que en Reino Unido y Estados Unidos no han dejado de crecer. En España existen sólo 12 productos, incluyendo los solidarios y los éticos, cuya diferencia es que los primeros dedican parte de sus beneficios a una ONG o a proyectos sociales y los segundos sólo invierten en instituciones y entidades responsables socialmente. Sin embargo 'el desarrollo de estos fondos ha sido sustancialmente menor en España que en el resto de países desarrollados', según María Jesús Muñoz.
¿Por qué? Por un lado, suelen ser fondos de renta fija o mixta, cuya rentabilidad no es tan alta, y, por otro, 'en España ha faltado información y promoción', opina la profesora Muñoz. 'Debería realizarse una tarea de sensibilización al inversor tanto en lo que respecta a los fondos éticos y solidarios como a la inversión en compañías de los índices de responsabilidad social', concluye.
Las normas para entrar y mantenerse
Para figurar en el índice FTSE4Good el primer paso es estar en alguno de los indicadores de la firma británica FTSE All Share Index y FTSE All World Developed Index. A partir de ahí, el gabinete de investigación ética Eiris y un comité de independientes analizan qué valores cumplen los requisitos en materia de política medioambiental, de relaciones con el inversor y de cumplimiento de los derechos humanos. Los criterios se revisan cada año y se endurecen para 'avanzar en mayores compromisos sociales', según fuentes de FTSE. Algunos de los criterios son:l En primer lugar se excluye a las tabacaleras, a las empresas de armamento y la industria de la energía nuclear.l Los criterios no son los mismos para todos los sectores. FTSE realiza una clasificación entre sectores de alto impacto, de medio y de bajo. Así, una compañía de transporte aéreo o una petrolera tendrá que cumplir más requisitos en cuestiones medioambientales, mientras que una del sector servicios sólo tendrá que tener publicada su política medioambiental con al menos un compromiso.l Los criterios sociales y de cara al inversor incluyen adoptar un código ético de negocios, aportar pruebas sobre políticas de formación en la empresa, donar un mínimo de 72.000 euros a una ONG o desarrollar políticas de voluntariado. Los criterios relacionados con el respeto de los derechos humanos son la tercera pata.l La duda surge cuando se cuestiona hasta qué punto está garantizado el cumplimiento de las criterios de entrada al índice. Desde FTSE se admite que no pueden controlar a las empresas, pero que los comités que revisan las actuaciones de las compañías que cotizan en el indicador detectan las compañías que incumplen de manera notoria lo prometido. 46 compañías han salido del índice en los últimos dos años por no cumplir los requisitos, bien de derechos humanos o de políticas medioambientales.