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Iñigo alonso

'Tenemos que ser poetas y campesinos a la vez'

Le gusta leer poesía, preferentemente a poetas contemporáneos. Esta afición la traslada a su profesión. Cuando selecciona a un candidato, puede hacerle leer un poema. 'Es una forma de ver si la persona combina la precisión con la belleza'

Cuando habla siempre sonríe. Íñigo Alonso, gaditano, de 38 años, es el encargado desde hace medio año de seleccionar al personal que entra a formar parte del grupo L'Oréal en España. Conoce muy bien la casa en la que trabaja. Hace 12 años, recién licenciado en Derecho y Administración de Empresas por Icade, se incorporó al departamento de control de gestión de la división de productos de lujo. Un año más tarde fue promocionado a la división de productos de gran público. Después pasó por el departamento de finanzas, comercial o de logística.

Pregunta. Toda su trayectoria discurre dentro de la misma compañía, ¿no ha tenido la tentación de cambiar en alguna ocasión?

Respuesta. No. Dentro de L'Oréal he hecho casi de todo. Y pongo mi ejemplo a otros. Yo empecé de financiero, luego trabajé en el área de logística y ahora en recursos humanos. Trasladarte de una división a otra es como cambiar de compañía, son mundos diferentes. Además, cambias de edificio y de filosofía. Aunque haya un paraguas común para todas las divisiones, el ritmo de trabajo es distinto. Yo tengo la sensación de haber tenido muchos trabajos, a pesar de no haberme movido. Si me comparo con los licenciados de mi promoción, pues he cambiado poco porque la media está en cambiar dos o tres veces de empresa. He vivido tantas experiencias profesionales como ellos. Ahora me queda dar el salto internacional.

'Queremos dignificar el oficio de comercial. Se trata de un oficio profesional que no tiene nada que ver con el clásico vendedor de maletín'

P. Desde hace apenas unos meses se ocupa de seleccionar al personal del grupo en España, ¿qué objetivos tiene?

R. Fundamentalmente darle una visión de negocio a los recursos humanos. Hay que combinar el componente técnico con el de recursos humanos. El perfil tiene que ser afín a la actividad a la que nos dedicamos. Buscamos las habilidades clásicas y, en nuestro caso, una cierta sensibilidad hacia nuestros productos, hacia nuestra actividad que es la belleza. Por ello estamos obligados a tener cierta sensibilidad, a saber apreciar la delicadeza de nuestros productos.

P. Hay muchos expertos que también abogan por la sensibilidad dentro de las empresas.

R. Es necesario tenerla. Hay que buscar que los directivos tengan aprecio por la belleza. En una compañía como la nuestra hay que combinar la faceta sensorial con el rigor analítico. Es fundamental desarrollar estos elementos y luego combinarlos con otros factores como el dominio de idiomas, la creatividad y la capacidad del trabajo en equipo. Cuando tienes la obsesión de ser el número uno tienes que ser exigente.

P. ¿Qué perfil de profesional buscan?

R. El presidente de L'Oréal nos dice que tenemos que ser poetas y campesinos a la vez, tenemos que estar en las nubes, pero con los pies en la tierra. El origen formativo debe ser variado y le damos importancia a la parte técnica del negocio, pero nos interesa mucho la parte humana. Por ello buscamos la diversidad, la multiculturalidad, somos una compañía abierta a las personas. En España tenemos trabajando a 20 nacionalidades y eso al final enriquece el trabajo de todos. Por encima de todo requerimos gente que pueda tener movilidad funcional. Buscamos personas con dotes de comunicación y nos preocupa estar muy cerca de la universidad.

P. ¿En qué sentido?

R. Tenemos que saber qué buscan los universitarios y nhacerles saber cuál es nuestra manera de trabajar. Organizamos juegos de estrategia de marketing y somos expertos comerciales. Firmamos acuerdos, por ejemplo, con la Universidad de Deusto con el fin de que la ponencia sobre temas comerciales la ofrezca L'Oréal. Tenemos experiencia suficiente en hacer comercio y queremos dignificar el oficio de comercial. Se trata de un oficio profesional, que no tiene nada que ver con el clásico vendedor de maletín. La principal vía de acceso a la compañía es a través de la universidad. El 56% de nuestros fichajes tienen menos de tres años de experiencia. Ha de existir una fusión entre la universidad, las prácticas y el mundo real dentro de una empresa. Se trata de un sistema sano, que permite al candidato conocer a la compañía, y viceversa.

'Hay que aspirar a la experiencia internacional'

Antes comentaba que le quedaba dar el salto internacional, sorprende su predisposición cuando las empresas se quejan de que la mayoría de los profesionales son reacios a la expatriación.En esta compañía no ocurre así. Yo creo que todo este problema está relacionado con la cultura. No tenemos demasiada experiencia en viajar ni en movernos por el extranjero. Y eso se debe fundamentalmente a una cuestión histórica. Por ejemplo, Francia y Gran Bretaña han tenido mucha experiencia colonial. La trayectoria de las compañías españolas multinacionales con políticas de expatriación es reciente. Hay que mirar el problema con perspectiva histórica. Pero todo esto está cambiando. Los profesionales que quieren trabajar en L'Oréal nos eligen porque somos una multinacional. De las 2.400 empleados que tenemos en plantilla, hay 54 extranjeros y 53 españolas están trabajando fuera. Desde siempre hemos trabajado las políticas de expatriación.

 

¿Es necesario para un directivo tener experiencia internacional?En estos momentos, es fundamental que un directivo aspire a tener experiencia con profesionales y con el mercado internacional. Los mercados son globales y es necesario que el directivo se impregne de un ambiente multicultural. No puede haber barreras ni fronteras. Un directivo ha de tener una mente abierta, ha de ser una persona muy receptiva.

 

¿Vislumbra su futuro en la misma compañía?Tengo intención de jubilarme en L'Oréal, pero me gustaría que el puesto estuviera en mi tierra, en Cádiz, que es mi principal afición y mi gran obsesión. Y la voluntad de esta empresa es que el personal se jubile en ella. No he tenido nunca la necesidad de irme. Y si alguna vez me lo he planteado ha sido porque tengo mucho contacto con compañeros de mi promoción y ellos casi me hacen planteármelo. He sido, y soy, muy afortunado porque cuando he sentido la necesidad de cambiar de actividad la empresa me ha abierto la oportunidad para poder hacerlo. Tengo que decir que a esta empresa le preocupan los profesionales que trabajan en ella y cuida por motivarlas y mantenerlas. Eso es un aliciente.

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