La escuela empresarial de élite francesa, en la picota
En 2002, François Pesneau competía por una plaza en la escuela francesa æpermil;cole Nationale d'Administration, de la que han salido dos presidentes de Francia -Jacques Chirac y Valéry Giscard d'Estaing- y docenas de responsables ejecutivos. Pesneau pasó 25 horas en cinco días escribiendo ensayos sobre derecho, economía y la Unión Europea. 'Es agotador físicamente'', dice este ex inspector de Hacienda, de 36 años, uno de los 237 solicitantes que pasaron a la segunda ronda de pruebas en París llamada le grand oral, de entre los 1.566 candidatos. Fue aceptado.
Ahora es la propia ENA la que es sometida a prueba y está intentando limpiar su reputación tras una serie de fracasos de grandes empresas dirigidas por algunos de sus antiguos alumnos. La escuela se defiende de demandas de estudiantes descontentos con la clasificación de graduados. En respuesta, ENA está modificando su programa de enseñanza y prácticas e incluso ha dado el paso revolucionario de trasladarse de París, sede del Gobierno francés, a Estrasburgo, sede del Parlamento Europeo.
Los antiguos alumnos, que en francés se conocen como enarques, siguen ocupando puestos importantes en cerca de una tercera parte de las 40 principales empresas no familiares de Francia. Aproximadamente la mitad de los miembros de Gabinete de Jean-Pierre Raffarin y sus directores estudiaron en la escuela. Al menos siete de los diez principales bancos que ofrecen asesoramiento sobre fusiones en Francia, como BNP Paribas y Lazard, emplean licenciados de ENA. Y el 75% del alto funcionariado francés en el Consejo de Estado, la Oficina Nacional de Auditoría e inspectores de Finanzas Públicas son licenciados de ENA.
Aunque los estudiantes compiten encarnizadamente por una plaza en ENA, cada vez están menos satisfechos con la educación que reciben. En mayo, 76 miembros de la promoción de 2004 demandaron a la escuela alegando que el sistema de clasificación de ENA era injusto.
Los ex alumnos también son críticos. El responsable ejecutivo de la aseguradora Axa, Henri de Castries, de 50 años, segundo de su promoción en 1980, dijo que, si pudiera volver a estudiar, no lo haría con ENA.
Una serie de fracasos de grandes empresas a manos de graduados de ENA -Crédit Lyonnais, France Télécom y Vivendi Universal- están dejando su huella en la reputación de la escuela. Jacques Julliard, de 71 años, antiguo profesor que dimitió de la junta de ENA en 2000 para protestar contra lo que el denominó el elitismo de la escuela, culpa a esta actitud del escándalo de Crédit Lyonnais. 'El escándalo de Crédit Lyonnais fue atribuido correctamente al espíritu de los altos funcionarios, un grupo elitista cuya prioridad ha sido su propia carrera profesional'', dijo.
ENA ha respondido a las críticas. 'Estamos derribando todo y empezando desde cero'', dijo el director, Antoine Durrleman, de 53 años. El director dijo que se está reduciendo el número de horas en clase en favor de programas de prácticas. Y éstas ya no son sólo con embajadas y agencias gubernamentales. La escuela está enviando estudiantes a agencias de la UE y empresas del sector privado como Accor, Carrefour y Toyota, en Japón.
Aún más revolucionaria es la puesta en venta del campus de la escuela en París por unos 40 millones de euros. En enero, ENA se trasladará a Estrasburgo. Durrleman dice que la relocalización, que estará completada para enero de 2006, hará a la escuela más europea. 'Nuestro futuro es Estrasburgo, dejaremos de estar dentro de los límites de Francia para convertirnos en el corazón de Europa'', dijo.