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Inmobiliario

La burocracia frena los planes del hipódromo de Madrid

Ocho años tras su cierre, los gestores del hipódromo de La Zarzuela pretenden abrir el recinto en 2005. Pero las obras que permitirán desarrollar uno de los proyectos urbanísticos más importantes de la capital permanecen paralizadas a la espera de que Patrimonio Nacional decida qué ámbitos están protegidos.

Al recorrer las instalaciones derruidas del hipódromo de La Zarzuela es difícil imaginarse que hace años fue uno de los recintos ecuestres de referencia europeos. Hoy, lo que fue una de las obras arquitectónicas más vanguardistas (el hipódromo de Madrid posee la primera tribuna volada sin columnas de España, realizada por el ingeniero Eduardo Torroja y monumento histórico artístico desde 1980), es un conjunto de ruinas en las que la maleza, la humedad y los desconchones lo inundan todo.

'El hipódromo está arrasado', resume con tristeza el actual presidente de Hipódromo de La Zarzuela, SA, Gregorio Máñez. Ocho años cerrado, desde que el empresario Enrique Sarasola abandonara su gestión, han llevado al recinto a niveles de deterioro inimaginables.

Aun así, los responsables de la sociedad gestora, participada en un 90% por la SEPI y en un 10% por Loterías y Apuestas del Estado, están convencidos de que su reapertura llegará en 2005.

Pero también se sienten impotentes por el laberinto burocrático en el que está sumido el hipódromo, que hace muy difícil cumplir a tiempo esa promesa. Su condición de patrimonio artístico establece protección prácticamente sobre cualquier elemento arquitectónico. 'Ponen trabas a la iluminación, a la instalación de una pantalla panorámica, prácticamente a cualquier innovación', afirma Máñez.

Ni siquiera la candidatura de Madrid para los juegos olímpicos, en la que el recinto debe convertirse en la sede de las competiciones ecuestres, ha impulsado su rehabilitación.

Hasta ahora, sólo se ha modernizado la pista, infectada de malas hierbas, llena de zanjas y con un sistema de riego defectuoso. El resto sigue sin tocarse, a la espera de que Patrimonio Nacional, el propietario del terreno, cierre un expediente y establezca qué elementos arquitectónicos están protegidos. A partir de ahí, el estudio de arquitectura que ganó el concurso para rehabilitar el recinto, Jerónimo Junquera y Liliana Obal, podrá empezar a trabajar.

En la Dirección General de Bellas Artes, sin embargo, aseguran que no hay tal expediente. 'Estamos esperando a que nos manden el proyecto', afirma una portavoz.

No hay acuerdo, y mientras tanto, en el hipódromo la mala hierba crece cada día un poco más.

El gran proyecto inmobiliario, en el aire

La desidia gubernamental y una sucesión de gestiones desafortunadas han hecho que el hipódromo de La Zarzuela acabe en la situación límite actual. Con su cierre, también están selladas las puertas del proyecto inmobiliario que se desarrollará paralelamente: la construcción de un centro comercial y la construcción de varias promociones de viviendas en una zona de alto valor urbanístico, tal y como pretende el Ayuntamiento de Madrid. El consistorio ya autorizó el año pasado la urbanización de un ámbito de 41.900 metros cuadrados en la zona residencial situada en las proximidades del hipódromo, donde se han empezado a construir 200 viviendas. Para posibilitar el desarrollo de las nuevas promociones, el ayuntamiento refrendó la inversión de 780.000 euros destinados a la habilitación de 9.600 metros cuadrados de viario.

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