Los pilotos desautorizan el convenio pactado entre el Sepla e Iberia
La asamblea de pilotos de Iberia desautorizó ayer a la dirección del Sepla y rechazó el preacuerdo del convenio colectivo pactado con la compañía. La regulación de las franquicias, la productividad y la fórmula para resolver las jubilaciones fueron los puntos contestados. El laudo que regula las relaciones laborales de los tripulantes finaliza el 31 de diciembre.
La asamblea de pilotos de Iberia, tras seis horas de intensos debates, terminó ayer con el rechazo del texto del preacuerdo de convenio colectivo alcanzado hace un mes entre la actual dirección del poderoso sindicato del colectivo, el Sepla, y la cúpula de la compañía.
La reunión, a la que asistieron 400 de los 2.000 tripulantes de Iberia, supuso la desautorización de la política de pacto y negociación que ha practicado durante los últimos dos años la sección sindical del Sepla encabezada por Alfonso Pizarro.
La rebeldía del colectivo frente a la actual dirección de su sindicato, coloca las relaciones de los pilotos con la compañía de bandera en una situación muy delicada. Durante los tres últimos años la regulación de las actividades laborales de este conflictivo colectivo ha estado ordenada mediante un laudo cuya vigencia concluye el día 31 de diciembre. Tras el rechazo del preacuerdo, la situación de las relaciones laborales, a partir del próximo enero, podrían volverse muy problemáticas.
La dirección del sindicato no se presentará a la reelección
Los puntos más contestados del preacuerdo del convenio durante la asamblea, según fuentes que asistieron a la reunión, fueron tres: las garantías de empleo de los pilotos, la productividad y la solución al problema de las jubilaciones.
Los pilotos presentes en el encuentro consideraron insuficientes las garantías para el mantenimiento del empleo que Iberia ofrece a cambio de la libertad que se otorga a la dirección de la aerolínea para utilizar formas de subcontratación de actividad, tales como las franquicias.
El colectivo entendió que la dirección de la sección sindical había aceptado medidas que incrementan la productividad 'de forma abusiva', sin recibir las correspondientes contraprestaciones al esfuerzo ofrecido.
En lo que respecta a la resolución del problema de las jubilaciones, que impide que los pilotos puedan volar a partir del los 60 años, la asamblea entendió que los dictámenes emitidos por distintas instituciones de previsión social, dejan sin suficiente respaldo legal las medidas propuestas en el preacuerdo para resolver este asunto.
El rechazo de la asamblea al texto del preacuerdo del convenio fue interpretado por los asistentes como una desautorización de la dirección del sindicato.
El jefe de la sección sindical de Iberia Alfonso Pizarro, quiso quitar hierro a la situación, y aseguró que 'podrá reconducirse en las próximas semanas'. Prefirió no pronunciarse sobre su presentación a la reelección en las elecciones a la cúpula del Sepla que se celebrarán en la primera semana de diciembre.
Otras fuentes cercanas a la actual dirección del sindicato aseguraron, por el contrario, que 'Pizarro se siente desautorizado y ha decidido tirar la toalla'. Estas mismas fuentes fueron muy duras al valorar lo ocurrido en la reunión de ayer. 'Solo cabe explicarlo, dijeron, apelando a las tendencias suicidas de parte del colectivo de pilotos'.
'No tiene explicación alguna, -añadieron las mismas fuentes- , que se plantee una oposición tan frontal al acuerdo sin dar alternativa alguna y no se entiende que la actual dirección del Sepla-Iberia haya aceptado no someter a votación el acuerdo'.
Las fuentes consultadas aseguran que la crispación que se vivió durante toda la asamblea fue un caldo inmejorable de cultivo para que los responsables de la sección sindical del Sepla se amedrentaran y aceptarán que lo mejor era no votar.
'No atendieron en ningún momento las recomendaciones que les hicieron sus asesores de que, pasara lo que pasara, testaran entre el colectivo de los 2.000 pilotos el estado de animo real y comprobaran así el grado apoyo con el que cuentan. Prefirieron hacer caso a lo que una parte, todo lo mayoritaria que se quiera de los 400 pilotos presentes ayer en la Asamblea, dijeron y se rindieron sin más'.
Atentos a
Federico Durán, el árbitro que medió en el conflicto entre Iberia y sus pilotos en 2001, calificó ayer de 'terrible' la situación que se abre ahora entre la aerolínea y el Sepla. El laudo caduca el próximo 31 de diciembre y no hay seguridad jurídica en su prorroga.
El laudo acaba el próximo 31 de diciembre
Federico Durán, presidente, de la mesa de resolución de conflictos entre Iberia y el Sepla, y autor del laudo arbitral que ha regulado las relaciones laborales de los pilotos durante los últimos años, calificó ayer de 'terrible' la situación que se abre ahora tras la asamblea del Sepla Iberia.En declaraciones a Cinco Días aseguró que el panorama al que ahora se enfrentan las partes es 'de una enorme incertidumbre ya que formalmente el laudo que ha servido para articular las relaciones entre los pilotos y la compañía queda sin efecto el próximo 31 de diciembre y no hay ninguna garantía jurídica de que lo establecido en ese laudo se pueda prorrogar'.Durán asegura que la inseguridad jurídica que se abre ahora en las relaciones entre Iberia y sus pilotos es enorme. 'Entiendo que en la asamblea de ayer no se midió el riesgo que existía de no llegar a un acuerdo', explicó. A la pregunta de cual será su papel ahora, reconoció 'estar un poco cansado', aunque se ofreció a trabajar para todo aquello que las partes consideren necesario hacer para alcanzar un acuerdo.