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Autobuses reciclados que se convierten en aulas de formación

Manuel Panadero, el ex director general de Transporte con el PSOE de los años ochenta, seguramente no será consciente de que por su culpa nació una próspera compañía española de marketing directo, Alegría Activity, que tiene la peculiaridad de que recicla viejos autobuses para hacer campañas de comunicación. Y es que en 1988, y bajo su dirección, se promulgó la Ley de Ordenación de Transporte Terrestre (LOTT), que impedía que los vehículos de transporte de viajeros con una antigüedad superior a 18 años pudieran realizar transporte escolar.

Juan Jesús Alegría, el fundador de la compañía, trabajaba entonces en una empresa familiar de autobuses -Autobuses Alegría de Vitoria- y se topó de repente con un problema: 'Tenía que prescindir de cinco vehículos de una flota de 50, algo que me afectaría de lleno en mi cuenta de resultados', explica.

La decisión fue rápida. Reciclarlos, recuperarlos y reutilizarlos, y crear una empresa de marketing directo alternativo. 'Los tres primeros años fueron muy duros. No conseguimos ni un cliente', recuerda. Hoy su compañía tiene en marcha más de 25 campañas, entre ellas la de Todos en internet de Red.es, entidad pública dependiente del Ministerio de Industria. Sus autobuses van provistos con los últimos sistemas audiovisuales y multimedia, y están equipados con conexión vía satélite. 'Tenemos contratado un ancho de banda de dos megas con Hispasat y Astra', cuenta Alegría.

Mahou colocó en tres meses 100 grifos de cerveza en Andalucía, una zona controlada por Cruzcampo, tras una campaña que convirtió el vehículo en un pub

Mahou, Nike, Portugal Telecom, Eroski, Ono, Caja Madrid o Auna son algunas de las compañías que han confiado en sus servicios, que incluyen el desarrollo de contenidos, porque los autobuses pueden quedar convertidos por dentro en auténticas aulas de formación. Pero también en un pub o en un minipolideportivo, como ocurrió con las empresas cervecera o de ropa deportiva citadas. Sus campañas pueden costar entre 60.000 y 510.000 euros, depende de cuántos autobuses se utilicen, del equipo humano necesario y de los contenidos que creen. 'Nos ocupamos de todo: dónde aparcará el vehículo, los permisos del ayuntamiento, la conexión eléctrica, la gestión de las visitas...'.

Son 90 empleados. Desde biólogos, pedagogos o expertos en salud a pintores, chapistas, electricistas o diseñadores para redecorar los autobuses. Alegría Activity cuenta con una flota de 27 vehículos. Y en alguna ocasión sus clientes han terminado comprando, por entre 120.000 y 330.000 euros, alguna unidad, tras el éxito de alguna campaña. 'Nos ocurrió con el Ministerio de Economía y la promoción del euro. Ahora se lo ha cedido al de Defensa para reclutar soldados y nosotros hemos hecho las transformaciones'. También les pasó con Mahou. Esta firma logró colocar en tres meses 100 grifos de cerveza en Andalucía -una zona tomada por Cruzcampo- tras una campaña con un autobús que se acercaba a las puertas de los bares para enseñar a los profesionales cómo tirar la cerveza. La compañía tiene oficinas en Colombia, Portugal, Francia, Reino Unido e Italia; cuatro en España. Alegría sigue ampliando su flota. 'Mis antecedentes en el sector del transporte de viajeros me permiten estar al tanto de quién vende autobuses dentro y fuera de España'.

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