El placer del silencio

Todo es cuestión de acostumbrarse. Incluso al silencio cuando se va dentro de un coche. æpermil;ste es uno de los elementos diferenciadores del Toyota Prius, equipado con un motor híbrido (gasolina y eléctrico) que utiliza una u otra fuente de energía de forma automática según las necesidades de potencia.

Aunque sobre el papel el motor de gasolina entra a partir de los 40 km/h en la conducción se puede llegar a los 65 km/h funcionando con electricidad. Eso se sabe en cada momento gracias al ordenador de a bordo que indica, si se desea, la energía que está alimentando el coche y su consumo. Igualmente marca cuándo se están cargando las baterías eléctricas.

Porque el motor eléctrico tiene un consumo cero; es decir, no es preciso ir a recargarlo. El coche se renueva automáticamente con el propio funcionamiento. Si no hay suficiente carga el motor de gasolina arranca y alimenta las baterías. Una vez recargadas salta el motor eléctrico por si solo.

Al principio es un poco extraño tanto baile. Como es igualmente confuso cuando el coche se detiene, por ejemplo ante un semáforo, y el silencio del motor es absoluto. Uno tiende a pensar, simplemente, que se ha calado. Por ello, el Prius monta un sistema de indicadores en sus panel (palabra Ready) para que el conductor sepa que el coche está en marcha y listo para circular con solo pisar el acelerador o incluso con levantar ligeramente el píe del freno ya que esta dotado de cambio automático de marchas.

Porque el Prius es un coche con una vocación eminentemente urbana. Dado que en las ciudades es normal andar por debajo de los 45 o 50 km/h, es cuando más tiempo está el eléctrico en funcionamiento. Y quizá cuando más silencio se pide al coche.

Aún así, el coche funciona bien en carretera y responde con potencia cuando se pide aceleración. De hecho, la entrada de la gasolina, o la combinación de ambos motores, no resta en nada potencia.

Eso sí, más por automático que por híbrido, al no existir marchas cuando se sube bruscamente de velocidad, se tiene la sensación de que el coche 'va' acelerado.

Lo peor del coche, el exceso de precio respecto a otras berlinas. Cuesta 24.900 euros.