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CincoSentidos

Espacio inteligente en el nuevo Honda FR-V

El concepto de monovolumen está teniendo una excelente aceptación entre las familias europeas, y esto se ha reflejado en el éxito de ventas, con más de un millón de unidades a lo largo del pasado año. Pero este concepto se ha ido ampliando y cada vez tiene más variantes. Una buena muestra de ello es el Honda FR-V, que apuesta por una solución prácticamente desconocida hasta la fecha, 3+3 asientos en dos filas, y que ya era empleada por el Fiat Múltipla.

La llegada de Honda a un segmento en el que hasta la fecha no tenía presencia se produce con un vehículo bastante innovador, en el sentido de que ofrece la posibilidad de acoger hasta seis personas en un espacio bastante reducido -la longitud total es de 4.285 mm-, pero con un toque de estilo que lo distingue del resto con unas líneas menos pesadas que no dan la sensación de furgoneta.

Además de las ventajas de los seis asientos, el FR-V apuesta por un estilo más deportivo y busca potenciar la comunicación familiar en los viajes, ya que ofrece la posibilidad de que un niño viaje junto a sus padres en la fila delantera con total seguridad.

Las configuraciones que permite este sistema de asientos son numerosas, puesto que las butacas son independientes y las de la fila trasera pueden plegarse para dar paso a un amplio espacio de carga completamente liso.

Pero la baza más importante que juega Honda con este producto es la emocional, y es así como piensa conquistar a los conductores europeos. El comportamiento del FR-V en cualquier tipo de carretera es más que destacable. Se trata de lo más parecido a un turismo que existe en el segmento monovolumen, y esto se debe al empeño de los ingenieros japoneses en reducir el balanceo propio de estas carrocerías, con un impecable trabajo en el tarado de las suspensiones.

El interior reúne bastante calidad. Tras un volante deportivo se encuentra el cuadro de instrumentos retroiluminado en el que se concentra toda la información necesaria para el conductor, y la palanca de cambio se monta en el salpicadero, cerca del volante, para facilitar cada maniobra y liberar espacio para el pasajero de la butaca central, al igual que el freno de mano, que se acciona con un pulsador.

En lo que respecta a seguridad, cuenta con airbag frontal para conductor y copiloto, airbag laterales y de cortina en las dos filas. Todos los asientos tienen cinturones de seguridad de tres puntos, y la carrocería tiene una estructura pensada para disipar la energía en caso de choque.

Las mecánicas que se contemplan son dos de gasolina y una diésel, aunque esta última -un 2.2 de 140 CV- no llegará hasta mediados del 2005. En cuanto a las mecánicas de gasolina, la gama se abre con el 1.7 de 125 CV, que emplea el sistema VTEC que controla la apertura de las válvulas para una mayor eficiencia en la combustión y lograr un consumo medio de 7,5 litros. En un escalón superior se sitúa el 2.0 de 150 CV con sistema VTEC y control variable de la distribución (VTC), un motor que mueve el vehículo con una gran soltura sin que el consumo se vea penalizado, puesto que el gasto medio cada 100 kilómetros es de 8,9 litros, un factor en el que tiene que ver la caja de cambios de seis velocidades.

El precio del 1.7, en el que se incluyen seis airbag, ABS con distribución electrónica de la fuerza de frenada, anclajes isofix en tres asientos, climatizador dual, radio CD integrado en el salpicadero y llantas de 15 pulgadas, es de 20.700 euros. En el motor 2.0 existen dos acabados: Comfort (23.000 euros), que añade control de estabilidad y tracción y control de crucero, mientras que el acabado Executive (25.500 euros) suma faros de xenón, cargador de 6 CD y asientos calefactables, entre otros.

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