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Energía

EDF orquesta un plan de ahorro para afrontar su salida a Bolsa

La eléctrica francesa Electricité de France (EDF) debe controlar el gasto y reforzar sus fondos propios si quiere afrontar con éxito su salida a Bolsa, la meta perseguida por el Gobierno de Jean-Pierre Raffarin y ahora por su impetuoso Ministro de Economía, Nicolas Sarkozy. æpermil;sta es la principal conclusión de un esperado informe que se entregó ayer al ministro, un documento encargado por él mismo el pasado junio al ex presidente de France Télécom, Marcel Roulet, y a diversas personalidades de la empresa, sindicatos y parlamentarios. Su intención, aclarar las necesidades financieras de EDF de cara a su más que probable salida al mercado en los próximos meses.

El documento, según las filtraciones a la prensa gala, presenta una muy complicada situación de la eléctrica, que se habría visto 'debilitada' por la política expansionista de su antiguo dirigente, François Roussely. Este crecimiento ha provocado una fuerte contracción del margen bruto de explotación, que ha pasado del 45% al 24,5% en diez años, si bien éste se mantiene en la media europea. Más grave aún, indica el documento, es el hecho de que el margen neto esté en el 1,9%, muy por debajo de sus principales competidores, como Enel (8%). æpermil;ste es 'un desfase que corre el riesgo de acentuarse si EDF no pone en práctica un programa ambicioso de reducción del gasto'. A ello hay que añadir el impacto de la reducción en el precio de la electricidad en los últimos diez años (un 1,5% anual frente a un aumento de un 1,5% anual de los gastos de la empresa), 'en la medida en que el 87% de la cifra de negocio de EDF depende de las tarifas'. La eléctrica deberá además asumir el coste del plan de pensiones de los agentes públicos de EDF y GDF, cuya reforma entrará en vigor el 1 de enero, con un impacto en los fondos propios -hoy estimados en 20.000 millones-, de 14.000 millones.

El informe, en el que la empresa se basará para definir su próxima estrategia industrial, cifra entre 8.000 y 11.000 millones la necesidad de fondos propios para llevar a cabo su expansión en Europa, estrategia retenida por el Gobierno y por la propia compañía, y que sirve así de colchón a las tesis gubernamentales sobre la necesidad de abrir el capital del grupo. De seguir esta hipótesis y no la del repliegue sobre Francia y Alemania evocado por algunos observadores, EDF prescindiría de algunos activos, especialmente en América Latina. Además, la eléctrica cedería el 33% de la Red de Transporte Eléctrico (RTE), hoy filial al 100%, a la Caisse des Dépots et Consignations, valorada en 4.000 millones. En total, se prevén ahorros de hasta 2.500 millones hasta 2007, con el fin de aumentar la rentabilidad.

EDF necesitará entre 8.000 y 11.000 millones de euros para financiar su expansión en Europa, según el informe de los expertos

Ante la necesidad de financiación expuesta en el informe, el Gobierno deberá ahora determinar las modalidades en que ésta se llevará a cabo.

Los observadores prevén dos hipótesis. La primera, una operación en dos tiempos, en la que el Estado recapitalizaría la compañía para después sacarla a Bolsa. La otra opción sería bien un aumento de capital, preferida por el Gobierno, que debería ser anunciada por Sarkozy, quien además pediría un esfuerzo de productividad para enfrentar el futuro.

Sarkozy, el político apresurado

El titular de Economía dejará el Gobierno el próximo domingo para encabezar las filas de la UMP, partido en el Gobierno en Francia. En su corto mandato, el activo Sarkozy ha acelerado el ritmo de privatizaciones de empresas públicas, las tres últimas en sólo dos semanas, el grupo nuclear Areva, parte del entramado de autopistas galo y deja el camino hecho a EDF.

Excesiva visión financiera

Sin estrategia industrial ni social. Tales son los argumentos del conjunto de centrales sindicales galas, que rechazan de plano el informe y sus hipótesis para sanear la eléctrica. Para la CGT, mayoritario en la compañía, 'el análisis es muy conservador y estrictamente financiero'.El conjunto de sindicatos, que protagonizaron fuertes enfrentamientos con el Gobierno durante el verano pasado con motivo del cambio de estatus de la compañía en sociedad anónima, todavía pendiente de realizarse, rechazan cualquier entrada de capital privado y reclaman al Estado una participación en el que no obstante consideran 'necesario desarrollo de EDF'. Una evolución que se anuncia complicada, dado el compromiso de Nicolas Sarkozy de emplear a 3.500 personas en la eléctrica y estabilizar sus efectivos hasta el año 2005, para hacer pasar la reforma.

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