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Red Bull compra la escudería de Ford en la Fórmula 1

Ford no tendrá que cerrar su escudería de Fórmula 1. El segundo mayor fabricante de coches del mundo y la compañía de bebidas energéticas Red Bull anunciaron ayer un acuerdo in extremis, que contempla el traspaso de Jaguar. Será casi por los pelos, pero la nueva escudería podrá correr los 19 grandes premios de 2005, dado que ayer mismo se cerró el plazo de inscripción para los equipos que participarán el próximo año. Ambas partes rehusaron facilitar el importe de la operación. 'El día de hoy marca el final de una era', declaró Richard Parry, vicepresidente de Ford. 'Después de más de 35 años en el deporte, irnos de la Fórmula 1 fue una decisión muy difícil'.

La noticia, en cambio, proporcionó ayer a la organización de la Fórmula 1 un cierto alivio, después de varios meses de incertidumbre. A principios de septiembre, Ford comunicó su retirada total de la Fórmula 1, una decisión que llevó al consorcio a poner a la venta tanto el equipo Jaguar como el fabricante de motores Cosworth. Esta venta también se cerró ayer. Ford venderá el fabricante de motores -fundado en 1958 por Mike Costin y Keith Duckworth- a Kevin Kalkhoven y Gerald Forsythe, dos empresarios ligados a las competiciones de las cuatro ruedas a través de la Champ Car Series, que organizan en EE UU.

El primer cometido de los 600 empleados de la nueva Cosworth será, precisamente, equipar la nueva escudería Red Bull, al igual que a Minardi, primer equipo en el que debutó Fernando Alonso en la Fórmula 1 en 2001. No seguirá equipando, por el contrario, a Jordan, que alcanzó el viernes un acuerdo con Toyota para correr con sus motores a 'un precio razonable', según el fabricante nipón.

La compañía de bebidas correrá en 2005 bajo la amenaza de abandono de los grandes fabricantes y con el trasfondo de las luchas judiciales entre los propietarios del 'circo'

Red Bull no es un actor nuevo dentro del mundo del motor: hasta 2002, la compañía mantuvo una participación accionarial en la escudería Sauber, aunque la pasada temporada se limitó a patrocinar al equipo que ahora ha adquirido. Además, organiza una competición para promocionar pilotos y corre en la Fórmula Renault.

Detrás de este interés por los cilindros está Dietrich Mateschitz, un millonario austriaco de 60 años que en 1982 se enteró en un hotel de Hong Kong de la existencia de unas bebidas tónicas de gran auge en Asia. Dos años después creaba la empresa, de la que actualmente controla el 49% del capital. La entrada de Red Bull en el motor no obedece sólo a criterios empresariales, tal y como afirmó ayer Mateschitz. 'Este tipo de operaciones', aseguró, 'además de su importancia estratégica, me dan una gran satisfacción personal'.

Red Bull competirá en 2005 en un circo por el que corren aguas turbias. Ferrari, Mercedes, BMW y Renault exigen más dinero al hasta ahora intocable jefe de la competición, Bernie Ecclestone, bajo amenaza de organizar su propio circuito desde 2008. Además, los bancos Bayerische Landesbank, JP Morgan y Lehman Brothers le han llevado a los tribunales. Las entidades poseen el 75% del capital de SLEC, el holding que controla la Fórmula 1, y consideran que el magnate, propietario del restante 25% a través del consorcio Bambino, ejerce demasiado control sobre un evento que genera unos 1.000 millones en ingresos de patrocinio y televisión.

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