'Lo único indispensable en el teatro son los actores'
Es consciente de que es muy joven (35 años), pero también de que empezó a dirigir más joven de lo habitual. Las armas de este profesor de Arte Dramático y músico, premio José Luis Alonso en 1993, son formación, experiencia y empuje
Eduardo Vasco lleva desde el pasado 15 de septiembre las riendas de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC). Sus prioridades: armar el cuerpo de una compañía especializada en teatro clásico y crear un estilo muy definido. Un proyecto al que se ha prestado rápidamente el elenco, al que Vasco elogia, porque es muy parecido a la idea primaria que tenía Adolfo Marsillach. Sin olvidar la rehabilitación del Teatro de la Comedia, sede de la compañía.
Pregunta Uno de los pilares de ese proyecto de teatro público es consolidar un equipo, trabajo complicado, porque el mercado de los actores es muy flexible.
Respuesta Lógicamente.
P ¿Y cómo piensa conseguir esa estabilidad?
R Cuando comenzó toda la eclosión del mercado del media en el trabajo actoral, el teatro se vio muy despistado, pero creo que se ha estabilizado bastante. Ya no veo que sea tan terrible que haya que sustituir a un actor, que tenga ofertas de cine y televisión. Es algo que las compañías privadas hemos asumido hace tiempo. Simplemente, los actores tendrán que sopesar que es más interesante, si coger trabajos esporádicos en otros medios o un trabajo del tipo que ofrece la compañía. Tiene que ver con amar su oficio y con valorarlo.
P Ha dejado clara su intención de ampliar el repertorio.
R Queremos que el público tenga ejemplos representativos no solo del teatro barroco, que puede ser el núcleo de nuestro repertorio, sino también del teatro isabelino o de nuestro teatro renacentista, que son muy parejos en formas y contenidos al teatro clásico.
P ¿Tiene en mente algún autor?
R Gil Vicente es un autor renacentista, luso-español, que debe abordar la compañía, probablemente el año que viene.
P ¿Existe un modelo de compañía teatral en Europa que le sirva de referente?
R Es que los modelos de compañías que hay en Europa tienen mucho que ver con sus países. Lo mejor que podemos hacer es tratar de construir el nuestro propio, aprendiendo de los errores y aciertos de otras compañías.
P Defiende que quien debe gobernar el arte teatral es el actor.
R Se puede hacer teatro sin director, sin escenógrafo, sin texto, sin luz, sin sonido, pero sin actor no. Lo único indispensable en el teatro son los actores. Esa es la premisa con la que debemos partir en nuestro trabajo. Todos los elementos tienen que estar para dar protagonismo al actor. Lo que el espectador habitualmente se lleva a casa es si actor sí o actor no. Es muy difícil que salga pensando en la escenografía o en las luces. Lo que va a ver es lo que le pasa a esa gente en el escenario. Para el resto tienes mucha competencia, el cine, la televisión. Con lo único que no se puede competir es con el directo que te ofrece la persona que tienes delante.
P En estos tiempos ¿nada mejor que la sabiduría de los clásicos?
R Por supuesto. Hay textos que te ponen los pelos de punta de lo actuales que son. Hay que tener en cuenta que en el barroco está muy reciente el conflicto entre el islam y cristianismo; es un momento donde la mujer siempre está pidiendo paso; una época en que el poder campa a sus anchas. Todos los temas que barajan nuestros clásicos son de hoy, porque, lamentablemente, muchas cosas no han variado.
P En la escena abundan espectáculos más frívolos. ¿Son una competencia para el teatro clásico?
R Si están ahí es porque el espectador lo demanda, aunque probablemente se sacie en poco tiempo. Este tipo de espectáculos mundanos responde a las modas, yo pretendo que nuestro trabajo responda a algo más profundo.
Cervantes y Lope, ejes de la temporada
Eduardo Vasco tiene por delante la tarea de recuperar el espíritu inicial de la compañía; es decir, consolidar un elenco estable y un repertorio esencial. Títulos indispensables, sí, pero también otros arriesgados, que ratifiquen el compromiso de la compañía con el mundo que nos rodea. La compañía cuenta con un presupuesto de producción de 3,7 millones de euros.La temporada comenzará con dos reposiciones de éxito: La celosa de sí misma, de Tirso de Molina, y El caballero de Olmedo, de Lope de Vega, montajes que, según Vasco, responden en buena medida a su nuevo planteamiento.La nueva temporada tendrá dos ejes: Cervantes y Lope de Vega. La compañía pondrá en escena a partir del 27 de enero La entretenida, una comedia rara y desconocida de Miguel de Cervantes, en versión de Yolanda Pallín y con dirección de Helena Pimenta.El segundo estreno, previsto para el 27 de abril, será El Castigo sin venganza, de Lope, que dirigirá Eduardo Vasco. Clásico entre los clásicos, que nunca ha sido escenificado por la compañía.La intención de Eduardo Vasco es crear, además, espectáculos de medio formato destinados a la investigación o a la difusión de textos atípicos. El primero de ellos, será El viaje del Parnaso, de Cervantes, que estrenará en el Festival de Almagro. La dirección correrá también a cargo de Eduardo Vasco. Cervantes divide en ocho capítulos un viaje imaginario al monte Parnaso donde, con humor e ironía, navega en una galera con Mercurio para librar, junto a otros buenos poetas, una batalla contra los poetastros. Coincidiendo con su estreno, Cuadernos de teatro clásico dedicará un número a Cervantes y el teatro de su época.