'Lo importante es dejar hacer'
Es el empresario de las galletas. Y de los más solidarios. Lleva a gala tener en plantilla a más de 300 personas con algún tipo de discapacidad. Ha descubierto en estos profesionales un espejo en el que mirarse: 'Son un ejemplo de superación'.
Su discurso es reposado, meditado y no tiene empacho en reconocer sus errores. Otros, a través de premios, le recuerdan los aciertos. Juan Manuel González Serna, madrileño de 49 años, concede esta entrevista en Oviedo durante la celebración del VII Congreso Nacional de la Empresa Familiar, organizado por el Instituto de la Empresa Familiar. Es de esos empresarios sosegados que, a pesar de sus logros empresariales, entre los que se encuentra ser el español que más empresas ha comprado a las multinacionales, no ha perdido la modestia de aquellos que han comenzado de cero. Poco después de finalizar los estudios de Derecho y Empresariales en Icade y un máster en el IESE, se hizo cargo de una empresa de alimentación fundada por su abuelo. Años más tarde, abandonó la compañía familiar, por discrepancias en la forma de gestionar, y decidió poner en marcha lo que él ha denominado 'modelo de empresa idealizado'. Compró Galletas Siro, más tarde se hizo con Reglero, después con Río Productos Alimenticios, Dora, Medina, ERos-Dor, Pastas Ardilla y La Familia. Su última aventura ha sido devolver la ilusión a los empleados de Fontaneda, con la compra al grupo United Biscuits de la fábrica de Aguilar de Campoo (Palencia).
Pregunta Como ejecutivo y empresario de una empresa familiar, ¿qué le preocupa en estos momentos?
Respuesta Una de las preocupaciones es preparar el traspaso de la empresa a la siguiente generación. Es algo que no se puede improvisar, hay que establecer la contingencia necesaria para atender esa necesidad. El riesgo existe. No tengo hijos, pero tengo 13 fantásticos sobrinos y uno de ellos trabaja en el grupo.
'Tenemos un directivo discapacitado. Son mucho más luchadores y eso supone un ejemplo para el resto'
'Una de mis preocupaciones es preparar el traspaso de la empresa a la siguiente generación. No se puede improvisar'
P ¿Qué rasgos ha de reunir su sucesor?
R El perfil ha de salir de la idea que tengamos los accionistas, que en este caso somos mi mujer Lucía Urbán y yo, y los gestores. No es una decisión mía. Es necesario sentarse y debatirlo, pero es necesario que sea una persona preparada, con experiencia, que sea capaz de liderar.
P ¿Y eso qué significa?
R Un amigo me lo explicó y me dijo que es aprender a hacer, hacer, enseñar a hacer y dejar a hacer. Lo más importante es dejar hacer.
P ¿Usted lo cumple?
R Lo intento cada día. Hay quien emprende un negocio y desde el primer día está haciendo. Para mí es más bonito hacer, dejar hacer y empezar a hacer. Es necesario dejarse el pellejo siempre.
P ¿Eso es ser emprendedor?
R En una empresa cuando dejas hacer cosas, les empujas a que emprendan surgen cientos de emprendedores. Si les das medios y responsabilidad para hacer, la gente hace. El líder no es una sola persona. Hay líderes en todos los puestos.
P Usted, como empresario, siempre ha sido sensible a los temas de responsabilidad social.
R Es imprescindible tener este tipo de sensibilidades. No puedes trabajar pensando que el único grupo de interés dentro de la compañía eres tú mismo. Hay gente que se llena la boca de agua hablando de estos temas, pero lo difícil llega cuando tienen que llevarlo a la práctica. Por ejemplo, es una obligación legal, en empresas de más de 50 empleados que el 2% de la plantilla la formen personas con alguna discapacidad. Se debería tener en cuenta otro dato, que el que el 70% de los discapacitados está en paro. Nosotros tenemos una plantilla de 1.100 personas, de las cuales 310 son discapacitadas. Se trata de reintegrar a la sociedad una parte de lo que generas y esto se ha convertido en algo inmerso dentro de la estrategia de negocio de la empresa.
P ¿Por qué son tan reacios los empresarios a contratar a personas con minusvalías?
R No lo sé, pero les diría que tengan en cuenta que para muchas de esas personas es su primer empleo y con ello pasan de que sus familias perciban una pensión a que ellos reciban un salario digno. Eso genera una gran motivación. Además, son los más preparados para realizar cualquier labor sencilla. Son eficaces y lo único que hay que hacer es formar y adaptar a la persona al puesto de trabajo. En mi caso puedo decir que aquello que comenzó como un proyecto hace ocho años de generar 25 puestos para personas con discapacidad se ha convertido en dos centros especiales de empleo para discapacitados físicos y psíquicos.
'Me encanta mirar lejos, imaginar el horizonte'
Ha recibido, entre otros, el premio a la æpermil;tica en el éxito empresarial concedido por The Economist y Spencer Stuart, ¿debe ser una gran responsabilidad una galardón de este tipo?Te lo dan por tu trayectoria. Para mí es poco decir que es un honor haberlo recibido, pero no es sólo mía la labor, es de todos los que me apoyaron.¿Pueden llegar a ocupar puestos directivos?De hecho, tenemos un directivo discapacitado. Puede haber personas con discapacidad física sobrevenida y lo único que tienen es dificultad para integrarse, porque su motivación y formación es superior. Son más luchadores y un ejemplo para el resto.¿Qué ha aprendido de ellos?En primer lugar, a hablar por signos. Después he aprendido a superar dificultades. Hay personas que son un ejemplo para el resto. Ver a gente con afán de superación, con ganas de hacer cosas a pesar de las dificultades te hace ser optimista. He aprendido que no hay nada imposible, el camino no tiene fin. No hay que venirse abajo por grande que sea el problema.¿Usted cómo se ve como ejecutivo?Me veo un luchador, pero no es tan importante cómo me vea yo sino cómo me sientan los que están a mi lado. Yo envidio a otros la capacidad de trabajo y el orden. Cada vez existen más modelos sistemáticos, pero me cuesta tener orden para seguirlos. También me gustaría tener la imaginación de muchos empresarios que están haciendo maravillas por el mundo.Dicen que los empresarios nunca desconectan, ¿tiene aficiones?Me gusta la vela y la naturaleza. Me gusta escaparme a la montaña o al mar porque me hacen ver lejos. Me encanta mirar muy lejos, imaginarme el horizonte.¿Cómo se ve en unos años?Me veo mayor, haciendo lo que me divierte e intentando ser útil. Es algo que me preocupa. Y me esfuerzo en ser humilde. Tal vez ese haya sido uno de mis errores y una de mis mayores dificultades, no haber aceptado de mejor grado las sugerencias que me hacían.