El PP ve 'normal' su continuidad al frente del Tribunal de Cuentas
El PP afronta la votación que hoy se producirá en el Tribunal de Cuentas para elegir nuevo presidente con la intención de hacerse fuerte en el cargo e imponer a los consejeros socialistas, que están en minoría, la reelección de Ubaldo Nieto, con siete años de antigüedad en esta responsabilidad.
A juicio del portavoz parlamentario del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, la reelección de Nieto sería producto de 'una votación absolutamente normal'. Ni él ni nadie en su partido reconoce el acuerdo no escrito que ha funcionado hasta ahora por el cual la presidencia del Tribunal de Cuentas debe corresponder a un consejero propuesto por la formación que gobierna. La inclinación de un sector minoritario del PP a reconocer este pacto ha sido barrida por quienes, con Mariano Rajoy a la cabeza, consideran que no se debe dar ventaja alguna al PSOE en las instituciones, pues con ello se favorecería su consolidación en el Ejecutivo.
El malestar en las filas del PSOE por el incumplimiento de este acuerdo está tan extendido que han surgido voces dispersas, no coordinadas, partidarias de reformar la ley que rige el funcionamiento del Tribunal de Cuentas para dar un toque de atención al PP. Estas sugerencias han causado un visible rechazo entre los consejeros del citado órgano fiscalizador elegidos a propuesta del PSOE, ya que consideran que han podido contribuir al encasillamiento del PP 'en sus posiciones numantinas'. El secretario general del Grupo Socialista, Diego López Garrido, negó ayer el propósito del Gobierno de reformar esta ley. 'Esta posibilidad no se ha planteado nunca. Mi grupo no tiene ninguna pretensión de cambiar la norma, aunque eso no quiera decir que en el futuro el Parlamento pueda decidir lo que considere oportuno', subrayó.
Reglas de juego
En opinión de Eduardo Zaplana, sería 'un desastre' que el PSOE promoviese una reforma de la ley reguladora del Tribunal de Cuentas como respuesta a la previsible reelección de Ubaldo Nieto en la presidencia de este organismo. 'El PSOE no puede cambiar las reglas de juego en función de sus intereses y conveniencias porque eso sería más propio de otras épocas que considerábamos superadas', añadió.
El presidente del Tribunal que hoy salga elegido disfrutará de un mandato de tres años, durante los que se someterá a fiscalización buena parte de la gestión pública realizada en las etapas de gobierno del PP. Los 12 consejeros que componen el Tribunal, seis a propuesta del Congreso y otros tantos a iniciativa del Senado, disponen de un horizonte de nueve años que les vence, a todos por igual, en 2010. Cinco de ellos fueron designados en 2001 a propuesta del PSOE, seis del PP y uno por consenso, aunque éste último casi siempre se ha alineado con las tesis de los populares.
Renovación de las dos secciones principales
Los doce consejeros que componen el plenario del Tribunal de Cuentas deberán decidir hoy también los nombres de los nuevos responsables de las secciones de Fiscalización y Enjuiciamiento, trascendentales para el funcionamiento del máximo órgano de supervisión externa del Estado.Hasta hoy, la sección de Fiscalización ha estado presidida por el ex diputado del Partido Popular Manuel Núñez y la de Enjuiciamiento por la consejera propuesta por el PSOE Ana Pérez Tórtola, de 45 años, la más joven del Consejo. Los dos, junto al presidente, forman la comisión de gobierno del Tribunal, encargada de decidir sobre los asuntos internos y de ostentar la representación exterior de dicho organismo.Los consejeros del PP y del PSOE llegan hoy a la votación sin pactar tampoco estos nombramientos.