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Mercado

Cosecha récord de ventas en las Bodegas Vega Sicilia

El mejor vino es aquél que está por hacer' La filosofía que subyace tras Vega Sicilia ha llevado a la bodega de Ribera del Duero a ser sinónimo de lo exquisito, lo único. Y no sólo por sus cualidades, sino también por su difícil acceso: los compradores tienen a su alcance sólo un determinado número a las botellas. Cada año, la demanda de vinos puede alcanzar el 300% de la oferta, un 'reto', el de la exclusividad, que la empresa tiene que afrontar cada cosecha. Mejorar la comunicación con los clientes 'manteniendo así su confianza y fidelidad' es su finalidad.

'Cada año, la demanda de Vega Sicilia varía, en los periodos de bonanza económica aumenta y cuando hay crisis, se refleja en una reducción', señala Pablo Álvarez, director general de la bodega y miembro de la familia propietaria, que controla el grupo Eulen.

La bodega se enfrenta al problema de que la producción no es movible 'no se puede adaptar a la demanda que tenemos'. Una descompensación entre la oferta y la demanda que puede fluctuar entre el 50% y el 300% de la producción. Todo sin campañas promocionales, sin marketing, ni descuentos. La bodega vallisoletana no tiene necesidad de buscar compradores, ni siquiera se ve en la obligación de dar trato preferente a los mejores clientes: 'Nuestros precios son iguales para todos, da lo mismo que el cliente compre una botella o mil'.

La bodega mejoró las ventas un 16,7% en el ejercicio, pero el beneficio se redujo por su inversión en la filial húngara

La oferta de la bodega, a veces en función de factores externos, puede variar entre 250.000 y 310.000 botellas a la venta en un año. Este ejercicio, la demanda a 30 de junio se situaba en 511.000 botellas y la compañía prevé acabar el ejercicio con peticiones totales de unas 600.000 o 700.000 botellas, algo más del doble de lo que se ponga en el mercado. 'Nuestros clientes fijos saben lo que ocurre, otros se van incorporando y son los que consideran imposible que no se les pueda ofrecer todo lo que piden, pero es así', señala Álvarez. 'Bastante hacemos con ofrecer esa cantidad con esa calidad'.

Y es que bodega ha hecho de la búsqueda de calidad el eje principal de su gestión. 'Nunca perderemos el aliciente de mejorar. æpermil;sa es nuestra meta, mejorar el producto'. Una receta que ha cosechado gran éxito y que también se refleja en la cuenta de resultados. La sociedad obtuvo el año pasado una cifra de negocio de 17,23 millones de euros, un 16,7% más que en 2002 y el beneficio de explotación mejoró un 23%, hasta 10,2 millones. El resultado neto, sin embargo, se redujo el 5%, hasta 5,8 millones, descenso provocado por una cargo extraordinario de 1,1 millones para actualizar la inversión en su filial húngara debido a la devaluación del forinto.

El pasado ejercicio, la bodega logró su 'mayor cosecha efectiva', que ascendió a 349.160 kilos de uva recogida, un 68% más, y una producción elaborada de 287.780 kilogramos de uva, lo que supuso un incremento del 43%. Sin embargo, parte de la cosecha esperada se perdió en accidentes climáticos adversos, que obligó a una gran selección final de la uva. La bodega considera esta cosecha 2003 como 'gran añada'.

La empresa reconoce en sus cuentas anuales mantener el histórico 'conflicto' con la clientela fija respecto a la obligación de respetarles el cupo, hecho al que se suma el alto porcentaje de las exportaciones por motivos estratégicos, comerciales y de imagen. Pablo Álvarez conoce su negocio: 'Si se hace un gran vino, al precio adecuado, el producto se vende. No es cuestión de poner más dinero. Una bodega necesita esfuerzo personal, cariño. No es medible'.

Apuesta por Hungría

La etapa actual de la bodega Vega Sicilia se inició en 1982, cuando El Enebro, empresa propiedad de la familia Álvarez Mezquíriz, adquirió la bodega y los viñedos al empresario venezolano Miguel Neumann. Desde entonces, una las apuestas claras de los accionistas ha sido Hungría, donde, en el año 1993, compraron Tokaj Oremus.'Tokaj da nombre a una región con una tipología de vino que es el más antiguo del mundo' explica Álvarez. Este tipo de vino, de la familia de los licorosos, fue uno de los más famosos entre los siglos XVII y XIX, si bien durante la época comunista prácticamente desapareció. Ahora, el objetivo del equipo de gestión es 'recuperar el prestigio de épocas pasadas. Es una labor lenta, de enseñanza, pero hay que seguir trabajando en ella'.La filial arrojó el pasado año pérdidas de 370.000 euros, pero la apuesta es firme. La firma realizó una provisión extraordinaria de 1,1 millones de euros para sanear la inversión, debido a la devaluación de la moneda local. Además de la sociedad húngara, Vega Sicilia gestiona también las Bodegas Vinos Alión, la primera adquisición del nuevo equipo en 1992, y que ganó 1,63 millones en 2003.Asimismo, pertenece al grupo Bodegas y Viñedos Pintia, antes denominada Alquiriz, que fue comprada en 2000. La primera cosecha del Vino Pintia 2001 se ha puesto a la venta este año.

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