Dos milenios de arte chino
Un oficial fornido y alto, de cara redonda, bigote corto y cubierto con un bonete y una túnica cruzada da desde hoy la bienvenida a los visitantes de la exposición Los guerreros de Xi'an (Centro de Arte IV Depósito del Canal de Isabel II. Paseo de la Castellana. Madrid). Es el militar de más alta graduación de las diez figuras de terracota pertenecientes al ejército que custodia el mausoleo del emperador chino Qin Shihuang en el monte Li.
La muestra de arte funerario chino se presenta en Madrid tras su paso por el Fórum de Barcelona, donde fue visitada en cinco meses por más de 1.100.000 personas. La visita comienza con una proyección audiovisual de menor duración que el montaje de Barcelona. A continuación, los visitantes se encuentran frente a frente con las figuras de los guerreros de Xi'an, dispuestas en cuatro filas sobre una plataforma elevada. Al fondo de la plataforma aparece una imagen de grandes dimensiones con cientos de guerreros -es un montaje novedoso a partir de las figuras expuestas-.
Lo que se pretende es que el visitante se haga una idea de la magnitud del hallazgo de las figuras de terracota -el mausoleo fue descubierto por unos campesinos en 1974- y de la majestuosidad del conjunto arqueológico -hasta la fecha se han excavado 1.500 y se calcula que quedan por sacar a la luz entre 7.000 y 8.000 más-. Cada una de las diez figuras se hallan sobre un pedestal, colocado dentro de un foso iluminado, con el suelo recubierto por piedras negras, lo que permite al espectador contemplar varias zonas y figuras al mismo tiempo.
Los guerreros de tamaño natural son el gran atractivo, pero junto a ellos se exhiben más de 150 piezas de las dinastías Qin y Han. Entre ellas, dos figuras, una sentada y la otra arrodillada, localizadas en 2000, que salen por primera vez de China. Los expertos interpretan que las figuras representan a adiestradores de cormoranes, ya que aparecieron junto a representaciones de estas aves acuáticas, pero se trata de una teoría, explica la coordinadora de la exposición, Cristina Vila.
Un corredor de vitrinas muestran diferentes objetos pertenecientes a las dinastías Qin y Han. A través de ellos se puede realizar un recorrido en el tiempo y admirar 'como un imperio guerrero, representado por las figuras de terracota, fue transformándose en una refinada civilización', destacó ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en la inauguración de la exposición.
Estampas de la vida cotidiana de un imperio que fue coetáneo del romano recreadas a través de armas, lámparas, cocinas, recipientes, accesorios sexuales, monedas de oro, figuras de animales domésticos, maquetas y complementos de jade, un material de lujo, al que los chinos le otorgan propiedades energéticas.
La exposición se podrá ver hasta el próximo 9 de enero. Después volverá a China, según el compromiso adquirido por el Fórum. La organización de este evento cultural pagó 1 millón de euros al Gobierno chino por el transporte, seguro y alquiler de las piezas de la mayor exposición de arte funerario chino organizada en Europa.