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Acuerdo

Volkswagen congela dos años los salarios para mantener el empleo en Alemania

A la séptima reunión fue la vencida. Dirección y plantilla de Volkswagen sellaron ayer un pacto por el cual la compañía garantizará los empleos de sus 103.000 trabajadores en Alemania hasta 2011, tal y como reclamaba el sindicato IG Metall.

A cambio, los trabajadores aceptan una congelación salarial de 28 meses, cuatro más de lo reclamado inicialmente por el portavoz de la dirección, Josef-Fidelis Senn. Estas medidas permitirán al mayor fabricante de coches de Europa un ahorro de unos 1.000 millones de euros hasta 2006.

El recorte se enmarca dentro de un ambicioso plan de austeridad hasta 2011 con el que pretende reducir los costes laborales en 2.000 millones. La Bolsa acogió ayer el anuncio de estas medidas con una caída de las acciones del 3%. En el año, sus títulos han perdido el 20,6% de su valor. Algunos analistas recibieron ayer con desagrado el plan. Aseguran que el compromiso de respetar los puestos de trabajo ata las manos de Wolfgang Bernhardt, el ejecutivo experto en saneamientos que dirigirá la marca.

La congelación de los salarios tendrá efectos retroactivos desde el 1 de octubre, según anunció el portavoz de IG Metall, Helmut Meine. Volkswagen aliviará la congelación con una paga lineal de 1.000 euros en marzo de 2005. Ambas partes acordaron también establecer un calendario laboral que permitirá flexibilizar el horario mediante la creación de una bolsa por la que se podrán trabajar 400 horas anuales más o menos, según las necesidades, un sistema ya contemplado en el convenio de Seat.

La negociación se ha visto salpicada por continuas movilizaciones y paros de parte de los trabajadores de plantas como la central de Wolfsburg , las primeras huelgas en diez años. El pasado martes, incluso, portavoces de IG Metall llegaron a amenazar con un 'conflicto sin precedentes' si no se alcanzaba un acuerdo satisfactorio.

Pacto necesario

Lo cierto es que ambas partes necesitaban un pacto, aunque por distintos motivos. Bernd Pischetsrieder, presidente del consorcio, requiere ajustes en Alemania, país en el que los costes laborales son aproximadamente seis veces más altos que en vecinos como Polonia. Esta necesidad le llevó a amenazar con despedir a 30.000 personas si los trabajadores no aceptaban sus demandas.

Los datos, además, han sido malos para el productor de los míticos modelos Escarabajo y Golf, y propietario de las marcas Audi, Seat, Skoda, Lamborghini y Bentley. La pasada semana, el grupo anunció que su beneficio trimestral cayó el 65% hasta 76 millones, su séptima caída trimestral consecutiva. El beneficio neto hasta septiembre se rebajó el 43,5% hasta 459 millones por los costes de producción, el tipo de cambio y el incremento de los descuentos.

Ayer, además, la compañía recibió otra mala noticia, al saberse que su filial china, país en el que es el máximo vendedor, perdió un 11% de sus ventas. Su cuota de mercado en el país se ha rebajado al 26%, la mitad de la que contaba en 2000.

A IG Metall tampoco le han ido mucho mejor las cosas en los últimos años. El mayor sindicato de Europa ha perdido medio millón de afiliados en la última década y su actuación ha sido muy contestada en las negociaciones en ajustes de empleo recientes en compañías como Siemens.

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