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CincoSentidos

D'Anguix 2001, un ribera complejo y carnoso

Cuando se monta una bodega se puede empezar de dos formas: o bien se levantan las instalaciones y se empieza a elaborar adquiriendo uva a viticultores de la zona o se parte de la existencia de un viñedo y cuando la producción es adecuada se construye la bodega. Esta segunda opción es la que puso en marcha Ángel Rubio, en Torre de Anguix.

Compró un viñedo en la ribera del Duero -en Anguix, próxima a Roa- a principios de los años ochenta, que fue incrementándose poco a poco. En 1999 sumaba 80 hectáreas de tempranillo, y se planteó hacer una nave de elaboración: en 2000 el proyecto estaba terminado.

Son cerca de 6.000 metros cuadrados de instalaciones (con unos curiosos depósitos dobles de acero inoxidable; en el de arriba se hace la fermentación alcohólica y en el de abajo la maloláctica) con dos naves de crianza, una de ellas subterránea, con 1.500 barricas de roble americano y francés. Han invertido 30.000 euros en 40 barricas de 16 tonelerías distintas y diferentes maderas, en las que estudian y experimentan la evolución de los vinos.

Cuentan con 135 ha de viñedos propios, algunos con más de 80 años, y se surten de otras 32 de viticultores controlados por la bodega. Con tempranillo vinifican rosados y tintos bajo la marca Torres de Anguix, una línea que abarca el tinto joven, el roble -con cuatro meses de barrica-, un crianza y un reserva de viñas viejas.

Pero el vino más especial de la bodega es el D'Anguix, que sólo elaboran en cosechas especiales, con uvas de mucha calidad, y que envejece en barricas nuevas de roble francés. Este 2001 se muestra intenso y complejo en nariz, con aromas de fruta madura, toques de vainilla, y clara presencia de tostados y ahumados de la madera.

Boca potente, con estructura, carnosa y taninos algo secantes, que mejorará en botella. Final largo. Precio medio: 42 euros.

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