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Provisiones

Caruana exige a la banca más rigor a la hora de cubrir créditos impagados

El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, aclaró ayer algo más cómo va a cambiar para la banca el sistema de provisiones contra insolvencias. Una de ellas, la que depende del tipo de préstamo, será más exigente ya que obligará a hacer una dotación por todo el crédito desde el momento en que haya un solo impago. La AEB, por su parte, pide unas reglas homogéneas que no perjudiquen la competitividad.

Una de cal y otra de arena. El gobernador del Banco de España afirmó ayer que la dotación anual que hacen las entidades por las provisiones 'posiblemente será algo inferior'. Aunque 'siguen siendo rigurosas' dijo ayer tras su intervención en unas jornadas organizadas por el Club de Gestión de Riesgos y celebradas en la sede del BBVA.

Confirmó que una de las tres provisiones existentes, la específica (depende del tipo de crédito y de si el cliente es particular o empresa) 'se adelanta según vaya apareciendo la morosidad'. Esto significa que las entidades tendrán que ampliar la cobertura ya que créditos que ahora no son dudosos pasarán a serlo.

En cuanto el cliente deje de pagar una cuota, todo el importe de la operación se considerará dudoso y la entidad tendrá que provisionar por el total, no paulatinamente como hasta ahora. Y si el impago llega al 25% de todos los préstamos concedidos al cliente, todos ellos entran en zona de morosidad, lo que también obliga a las entidades a reservar un colchón adicional. Además, suben los coeficientes (porcentajes) de los créditos que las entidades destinan a cubrir una eventual mora. En definitiva, más dotaciones y más rigor al calificar la futura morosidad.

'Hay que ver el encaje de la norma española con el reglamento europeo', dijo Leal

Esta mayor exigencia se compensará con la flexibilización de las otras dos provisiones, estiman fuentes financieras. El polémico Foncei -obligó a crear desde 2000 un colchón en previsión de un cambio de ciclo que ha restado beneficios en la cuenta- se funde con la provisión genérica (obliga a dotar una cantidad de en torno al 1% de los créditos). Esta última era como tal incompatible con las nuevas normas internacionales de contabilidad (NIC) que entran en vigor en enero próximo, la mayor preocupación de la banca en estos momentos.

En su nueva formulación, la provisión genérica tendrá un componente de pérdida inherente prudente y otro anticíclico.

En las mismas jornadas coincidió ayer con Caruana el presidente de la patronal bancaria AEB, José Luis Leal, quien expresivamente respondió con un '¡Ojalá!' al anuncio del gobernador de que las provisiones anuales pueden ser algo menores.

Leal pidió indirectamente al Banco de España que la interpretación que ha hecho de las NIC 'mantenga la competitividad de nuestros bancos'. En este sentido, advirtió que 'habrá que ver que encaje tiene' la regla española con el 'reglamento europeo', que tiene una interpretación más amplia. De hecho, Leal cree que, sólo en teoría, un grupo que operara en el ámbito internacional podría intentar acogerse a las normas europeas, más laxas en exigencia de provisiones que el sistema español.

Las entidades aún están calculando qué efecto tendrá el cambio en las dotaciones para sus cuentas. Y tanto la AEB como la CECA están estudiando el voluminoso proyecto de circular contable ya que, en principio, presentarán alegaciones. El plazo termina hasta el día 18 de noviembre. La queja sigue siendo la misma en la banca: la falta de tiempo para aplicar la norma cuando se redacte de forma definitiva.

El riesgo de los países emergentes

Con Manuel Méndez, director de riesgos del BBVA, a su izquierda, Caruana no pudo por menos que prometer, en calidad de presidente del comité de supervisión del nuevo acuerdo de capital (Basilea II), que revisará el tratamiento que se da en esta norma a la diversificación que suponen las inversiones en países emergentes. El BBVA es el que más se ha quejado de que su efecto penalizador. De hecho, ayer Méndez alertó sobre un 'mayor aislamiento y divergencia de los sistemas financieros' en economías emergentes como las latinoamericanas, donde el grupo obtiene más del 40% del beneficio.Caruana avisó de que las entidades con gran concentración de riesgo en una zona tendrán que aportar más capital.El Santander, con la compra del Abbey, diluye el peso de Latinoamérica, con lo que se aleja de esta exigencia. En cualquier caso, el vicepresidente tercero del grupo, Matías Rodríguez Inciarte, puso ayer también de manifiesto las eventuales divergencias que supondrían aplicar un modelo de gestión de riesgos distinto en países emergentes.

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