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Lealtad, 1
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El mercado de divisas, bajo la lupa

Hace poco más de un año, le Fue el 22 de septiembre de 2003 cuando los ministros de Economía de los siete países más poderosos del mundo dieron a entender que la etapa del dólar débil se había terminado. Pusieron fin a un silencio de años sobre los tipos de cambio internacionales y escenificaron lo que se interpretó con la reedición de los acuerdos del Hotel Plaza de Nueva York en 1985. Aquella reunión del G7 también puso fin a la etapa del dólar fuerte y provocó una caída de la divisa estadoundiense frente al yen que duró ocho meses.

'Una mayor flexibilidad en los tipos de cambio es deseable para los mayores países o áreas económicas para promover ajustes suaves y amplios en el sistema financiero mundial, basados en los mecanismos de mercado', rezaba el comunicado de Dubai. Desde etonces hasta ahora la moneda estadoundiense ha pasado de cotizar en la zona de los 1,145 dólares por euro y 114 yenes por dólar a los 1,28 dólares por euro (caída del 10,5%) y los 106 dólares por yen (un 7% más barato).

El mensaje iba dirigido, principalmente, a las autoridades monetarias de los países asiáticos, que deberían comprar menos dólares para que la moneda estadounidense pueda ayudar a purgar los desequilibrios. Las citadas entidades han actuado para sostener un dólar alto de cara a mantener la competitividad de las economías.

Por lo tanto, el G7, que es lo más parecido al Gobierno económico del mundo, ve bien un dólar más bajo. Luego no le preocupa la caída. Es la velocidad de ésta lo que quitaría el sueño a los Snow, Greenspan y compañía que, como ya señalaron en el comunicado de Duabi, prefieren un ajuste suave y efectuado por las fuerzas del mercado. Se entiende, así, que mantengan la boca cerrada en este aspecto. Porque una declaración en un sentido y otro podría, bien provocar una voladura descontrolada del dólar -si dicen que ven bien que baje-, bien un fin del proceso de ajuste global -si dicen que no debería caer tan deprisa.

De momento, y pese a episodios puntuales como el registrado el pasado lunes, la situación parece relativamente controlada. En comparación, tras los acuerdos del Hotel Plaza el dólar se debilitó desde 213 yenes hasta 154 en año y medio. Un 38%.

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