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CincoSentidos

Salgado homenajea en París a los cultivadores de café

El café destila un aroma cuyo significado no va más allá del puro placer para el consumidor. Para el productor, sin embargo, la milenaria semilla es sinónimo de vida. Más de veinticinco millones de familias de países pobres o en vías de desarrollo, con Brasil a la cabeza, dependen de la producción de este otro 'oro negro'. Son precisamente las condiciones de trabajo y de vida de esta abultada población lo que el fotógrafo humanista Sebastião Salgado ha querido plasmar en la exposición In principio, en colaboración con la compañía de café italiana Illy, que se inauguró esta semana en París.

Una idea 'muy sensible', como explica la propia compañía, dado el ánimo de lucro que mueve a la enseña italiana. Y especialmente sensible en el sector del café, que desde hace cinco años sufre una ácida crisis producida por la sobreoferta y el desplome de los precios en el mercado internacional.

A diferencia de la práctica que domina el sector, la compañía italiana es 'la única en el mundo que compra el café directamente al productor, independientemente de los precios del mercado', lo que mejora considerablemente las condiciones de vida de éste. Y por esta vez, el objetivo empresarial sirve al perseguido por el comprometido fotógrafo, quien quiere 'mostrar a la gente que detrás del café viven millones de personas y hay que tratarlas de otra forma'.

Las 24 imágenes seleccionadas para la colección nos llevan a Karnataka, al sur de la India. Allí convivió Salgado con los cultivadores y productores durante un mes, hasta dar con un armonioso baile de imágenes que muestran todo el proceso del café. æpermil;ste va desde su cultivo a la sombra de los árboles, hasta el minucioso cuidado de las mujeres indias en la selección y recogida del café verde, grano a grano, para conseguir los sacos de yute que se envían al mercado.

Un mundo en absoluto desconocido para Sebastião Salgado. Sexto y único varón de una familia de ocho hermanos, el fotógrafo comenzó con seis años a trabajar el café junto a su padre, en Brasil, primer país productor mundial. Más tarde se licenció en Económicas y entró a formar parte de la Organización Internacional del Café.

'Queríamos un precio único, pero no fue posible por los intereses económicos de algunos países'. Fue en sus viajes con el organismo cuando empezó la fotografía, 'un lazo más con el café', que le ha llevado a In principio, un proyecto que comenzó hace dos años en Brasil, y cuyas fotografías le devolvieron a su infancia. 'El 80% de las imágenes se tomaron donde nacieron mis padres'.

Salgado expresa, no sin un atisbo de resignación, la necesaria confianza que debe prestarse a las empresas, a través de sus programas de 'responsabilidad social', una herramienta 'para humanizar la economía de mercado'. En el caso de Illy, la compañía ha creado un sistema de incentivos en forma de premios a la calidad en Brasil, Colombia, Guatemala y la India, cuya recompensa se traduce en la posibilidad para el productor de vender el café a precios superiores a los del mercado.

In principio, Chapelle de l'Humanité (centro cultural franco-brasileño), 5, Rue Payenne, París.

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