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Laboral

La huelga en Bochum frena a otras plantas

La situación en las plantas alemanas de General Motors se agravó ayer algo más después de que las plantas de Rüsselsheim y Amberes se viesen obligadas a paralizar la producción a causa de la huelga salvaje desatada en Bochum, que ayer cumplió su sexto día. Los trabajadores protestan por el anunciado despido de 10.000 personas en Opel, dentro de un plan de reestructuración que costará 12.000 empleos después de que GM haya perdido 2.440 millones desde 1999.

Ayer, cerca de 50.000 trabajadores y familiares protestaron por toda Alemania contra los ajustes del mayor fabricante de coches del mundo, según Efe. En Bochum, 9.600 marcharon por el centro de la ciudad. Delegados de Porsche y Volkswagen se unieron a la protesta. A la vez, en la sede de Rüsselsheim, otros 13.000 empleados se concentraron en la sede en lo que calificaron una 'jornada de acción'.

El primer ministro sueco, Goeran Persson, anunció ayer por otra parte que se reunirá el próximo 29 de octubre con directivos de General Motors Europe para tratar el plan de reestructuración y defender la competitividad de Saab, filial sueca de la compañía. La división europea de General Motors anunció la supresión de 540 puestos de trabajo en Saab, de una plantilla de 5.500. No fue Persson la única voz política que habló ayer de la crisis.

Desde España, el consejero de Economía, Hacienda y Empleo del Gobierno aragonés, Eduardo Bandrés, explicó que el Ejecutivo está 'preocupado' por el impacto social que va a provocar la reducción de 600 puestos de trabajo en Figueruelas aunque no se deben 'dramatizar las cosas'.

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