Módulos multimedia sin cables
Ya es posible tener música, fotos y vídeo en cualquier habitación. Basta tener un ordenador cargado con archivos de imagen y sonido. Después, cualquier pantalla del hogar es buena para conectar el nuevo electrodoméstico.
Al pulsar el botón adecuado del mando a distancia de este equipo, aparece un menú para elegir entre varias opciones. Podemos programar una lista de canciones en el equipo estéreo, ver una película en la tele o, incluso, pasar las fotos de las vacaciones. El televisor del salón espera una orden del mando y cuando la recibe, todo empieza a funcionar como por arte de magia. Empieza el espectáculo. Un espectáculo de imagen y sonido que no necesita lectores DVD, vídeos ni reproductores de discos compactos.
Las imágenes y la música salen del ordenador que está en el despacho y fluyen por toda la casa. Casablanca, Matrix o el último disco de Paul McCartney. Todo está almacenado, comprimido y sistematizado en forma de ilegibles códigos binarios en un disco duro informático.
Cuando hay paredes de por medio el área de cobertura es de 50 metros
Es un receptor que distribuye la imagen y el sonido a los equipos audiovisuales
Hasta hace poco, estas complejas secuencias digitales sólo podían asomar tímidamente por la pequeña pantalla del PC o a través de los torpes altavoces informáticos. Ahora, gracias a un sistema de comunicación sin cables llamado Wi-Fi (Wireless Fidelity), el show se despliega por la casa. Gracias a esta tecnología, los archivos del ordenador se transmiten hasta cualquier equipo compatible Wi-Fi que se encuentre en su zona de cobertura, que cubre todos los rincones de una casa o una oficina de tamaño medio. Cuando hay paredes por medio, el área cubre cerca de cincuenta metros.
El nuevo módulo multimedia, una especie de consola electrónica instalada junto al televisor o al equipo estéreo, hace las veces de receptor inalámbrico. Un receptor que traduce y distribuye la imagen y el sonido hasta los equipos audiovisuales convencionales. Es decir, hasta cualquier televisor o pantalla y hasta cualquier equipo de sonido. Ya sea una simple cadena estéreo o un sofisticado sistema de cine en casa.
Es el principio de la convergencia entre lo informático y lo audiovisual. Vivimos tiempos en los que el disco duro, la memoria de estado sólido y las redes de datos sin cables empiezan a hacer una dura competencia a los equipos convencionales de imagen y sonido. Las tecnologías del ordenador y de los equipos audiovisuales se acercan.
Hasta hace poco, lo último era instalar en el salón un televisor y un equipo de cine en casa. Después, llegó la música en formato MP3, lo que añadió un toque informático a los equipos audiovisuales. El penúltimo escalón de este mestizaje tecnológico ha llegado con estos módulos multimedia. Unos inventos que poco a poco entrarán en los hogares para ofrecer entretenimiento digital a golpe de mando a distancia.