El IPC se da un respiro y baja en septiembre una décima, al 3,2%
La contención de precios en hostelería y cultura frenó la inflación en septiembre en una décima, hasta el 3,2%. No obstante, la mayor repercusión de la escalada del petróleo sobre el IPC se dará en meses posteriores.
La inflación se dio un respiro en septiembre. Aunque el índice de precios de consumo (IPC) subió dos décimas sobre agosto, en tasa interanual (comparado con septiembre de 2003), el índice bajó hasta el 3,2%, una décima menos que el mes anterior.
Echaron una mano los precios de hoteles, cafés y restaurantes (cayeron un 0,8%), en donde se notó el bajón de tarifas en comparación con los meses de temporada alta. También ayudaron las ligeradas bajadas de los alimentos frescos, las comunicaciones, el ocio y la cultura.
El Gobierno recibió positivamente el dato de septiembre, sobre todo, teniendo en cuenta, que se ha producido en medio de la escalada del precio de los carburantes. Así, el secretario de Estado de Economía, David Vegara, se mostró ayer satisfecho por que los precios de los carburantes no están teniendo, de momento, un gran impacto en la economía. No obstante, instó a los agentes económicos (sindicatos y patronal) a que mantengan a raya los salarios y los beneficios, para no provocar nuevos rebrotes inflacionistas.
El Gobierno prevé acabar el año cerca del 3% a pesar de la escalada del petróleo
Con todo, el Gobierno sabe que los espectaculares aumentos de los precios de las gasolinas acabarán afectando al IPC en los próximos meses. De momento, la situación se está salvando por el llamado efecto escalón (la comparación con los mismos meses del año anterior, en donde también se dieron importantes subidas del precio del crudo, y la ola de calor que afectó a los alimentos).
Pero tarde o temprano repercutirán en el IPC medidas como el alza de tarifas recientemente decididas por las compañías aéreas para compensar su mayor gasto de combustible. Ayer el barril de crudo Brent rozó de nuevo los 51 dólares).
La subyacente, en el 2,9%
La inflación subyacente, la que no tiene en cuenta los elementos más variables del IPC como los alimentos frescos y las materias primas, permanece en un nivel alto (2,9%), síntoma de que los precios no están controlados a medio plazo. Los cálculos del Gobierno pasan por acabar el año con una inflación general 'en torno al 3%', muy por encima del 2% que es el objetivo marcado por el Banco Central Europeo para la zona euro. La patronal CEOE y los sindicatos son más pesimistas que el Gobierno y creen que el IPC acabará más alto. Lo mismo ocurre con las Cámaras de Comercio. Sitúan el IPC en el 3,5%, a fin de año.