Biografía en imágenes de Miquel Barceló
El fotógrafo hispano-francés Jean-Marie del Moral ha tomado durante casi 20 años imágenes de la trayectoria creativa de Miquel Barceló (Felanixt, Mallorca, 1957). Más de 4.000 instantáneas que configuran una biografía íntima del pintor mallorquín, galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2003, a través de sus talleres, de sus objetos, de pequeños detalles que conforman su complejo universo.
Parte de ese trabajo se ha podido ver durante este año en una exposición itinerante que ha recorrido el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), el Centro Cultural Conde Duque de Madrid, la Sala San Benito de Valladolid y que en estos momentos recala en el Museu da Cidade de Lisboa (Campo Grande, 245). Ahora, el libro Barceló, editado con la colaboración de BBVA y La Fábrica Editorial, pretende acercar el mundo del artista a través de 200 imágenes.
Jean-Marie del Moral, que ha paseado su cámara por estudios de pintores como Joan Miró, Sam Szafran o Pierre Soulages, entró en contacto con Miquel Barceló en 1985 en París. En esa época el joven pintor era poco conocido y estaba preparando su primera exposición en la galería neoyorquina de Leo Castelli. Apoyadas contra la pared del estudio parisino se encontraban las pinturas para la exposición de Nueva York y el fotógrafo sintió el mismo impacto contra el sistema que había percibido varios años antes, cuando fue recibido en el estudio de Miró, visita que condicionó su transformación de reportero de sucesos de actualidad en cronista gráfico de arte contemporáneo. Barceló le dio la misma libertad que le diera Miró: libertad para moverse a través del estudio a su aire y para seguirle a su propio ritmo creativo. Del Moral correspondió con respeto, silencio y discreción.
El resultado de ese trabajo se aprecia en Barceló, una obra estructurada en 12 capítulos, que siguen el recorrido por los estudios que el pintor ha instalado por todo el mundo: Avenue de Breteuil, Barcelona, Farrutx, Gao, Ségou, Dogon, Artà, Buttes-Chaumont, Palermo, Les Rairies, Lanzarote y París.
El libro intercala fotografías en blanco y negro con otras en color. Cada inicio de capítulo está dibujado por el pintor, que también ha accedido a la publicación de algunos fragmentos de sus diarios personales, en los que se puede rastrear parte de su proceso creativo.