Sin indicador para la vivienda
El anuncio por parte de la ministra de Vivienda de que va a suspender, temporalmente, la publicación de las estadísticas sobre evolución de precios deja a los usuarios del antiguo índice que elaboraba el Ministerio de Fomento sin información durante un periodo indeterminado, al menos hasta que el Ministerio de Vivienda cuente con 'el departamento de Estadística más serio, riguroso, fiable y transparente de entre los dependientes de organismos públicos', según sus propias palabras.
La decisión, aunque pueda sorprender, no deja de tener fundamento en la medida en que, como dijo ayer María Antonia Trujillo, el índice que se venía publicando podría crear entre los ciudadanos incertidumbres y preocupaciones innecesarias, cuestión nada difícil por cuanto en el anterior índice de Fomento era necesario tomar precios de promotoras inmobiliarias sobre las nuevas construcciones, sobre compañías tasadoras para viviendas ya construidas y hacer con esos precios una media que, antes del Censo de 2001, se ponderaba por la población provincial y, después, con el número de viviendas que dicho Censo había contado.
El notable esfuerzo que venían haciendo las unidades estadísticas del Ministerio de Fomento no podía por menos de tropezar con la enorme complejidad que reviste la elaboración de un índice de precios de vivienda. Una prueba de dicha complejidad está en que, en la actualidad, en el seno de Eurostat se está trabajando en una metodología, y todavía se está debatiendo algo tan básico como si los precios del suelo deben quedar fuera del precio de la vivienda, tal y como hace la Contabilidad Nacional, por más que, como es obvio, en el precio final de la vivienda va incluido el que haya tenido el suelo.
Eurostat todavía debate si el precio de un piso debe incluir el del suelo
Una vez aceptada una metodología hoy inexistente, será preciso contar con una investigación que determine los precios y cantidades del año base (el desfase de valores catastrales impide su consideración a estos efectos) y un seguimiento de los precios.
La existencia de viviendas nuevas o usadas, sus muy distintos niveles de conservación, la variedad de precios en función de zonas o el fraude del sector constituyen factores que habrán de ser considerados. Toda una tarea en la que el INE también se ha embarcado con Eurostat y que, previsiblemente, no recogerá sus frutos hasta dentro de tres años.