Una pobre Feria de Otoño
La corrida de Victorino Martín cerró ayer la Feria de Otoño. Y lo hizo con una sensación agridulce. Aunque hubo algún toro que transmitió emoción, el encierro salió en su conjunto complicado y bajo de raza. El mejor fue el primero, al que Luis Miguel Encabo hizo una faena correcta. Antonio Ferrera y Fernando Robleño se las vieron con dos lotes muy complicados.
El abono, que ha tenido lugar de manera consecutiva durante los dos últimos fines de semana, se abrió el sábado 2 de octubre con una novillada muy interesante. En ese festejo triunfó el madrileño Álvaro Justo que, con un toreo de mucha calidad, cortó dos orejas y logró abrir la ansiada puerta grande de Las Ventas. No le acompañaron en su salida en hombros Morenito de Aranda ni Juan Ávila, aunque ambos novilleros también gustaron a la afición de Madrid. El primero por su buen toreo, sobre todo en su segundo utrero, y Ávila por su decisión y entrega, ante el peor lote de la desigual novillada de Román Sorando.
También buen toreo, aunque mal rematado con la espada, es el que hizo al día siguiente el matador Luis Vilches. La corrida de Adolfo Martín, de idéntico origen a los victorinos de ayer, dio en conjunto un pobre juego. No obstante, el sevillano Vilches podría haber obtenido un trofeo de su noble primero, al que por momentos toreó con calidad. Pepín Liria y Luis Francisco Esplá se estrellaron ante dos lotes infumables.
Tras un parón de cinco días, la feria se reanudó el sábado 9 y lo hizo con una nueva puerta grande, la del rejoneador Rui Fernandes, que cortó dos orejas. Espectacular y valiente, Fernandes llegó al espectador, lo que no ocurrió con sus compañeros Álvaro Montes y Sergio Galán, que casi nada pudieron hacer ante el mal juego de la corrida de Julio de la Puerta.
Tampoco salió bueno el encierro lidiado el domingo 10, en una tarde larga, tediosa y de sobreros. Sin embargo, también ese día hubo buen toreo, el que salió de las manos de Fernando Cepeda (espléndido por momentos con el capote y la muleta) y de El Cid, que cortó una oreja a un ejemplar de Núñez de Cuvillo. Con este éxito, El Cid ratificó en Madrid su excelente temporada. Completaba el cartel el catalán Serafín Marín, que se fue de vacío.
La penúltima corrida de la Feria de Otoño se celebró el lunes 11, y resultó otro festejo aburrido debido al mal juego de los toros de Puerto de San Lorenzo. Ni Uceda Leal, ni Sebastián Castella ni tampoco Abellán pudieron lucirse, si bien a este último le correspondió un toro con temperamento al que realizó una faena aceptable que fue de más a menos.