Alstom logra contratos millonarios en China tras una visita del presidente Chirac
Cuatro días de visita oficial a China del presidente francés, Jacques Chirac, habrán bastado para remontar la moral y las cifras del grupo francés Alstom.
La compañía especialista en infraestructuras de energía y de transporte, que estuvo al borde del descalabro financiero hace sólo unos meses, ha encontrado en este país sediento de todo un excelente cliente con el que remontar el vuelo.
La visita del presidente galo, que pretende hacer de Francia un 'socio privilegiado' para China, ha dado ya sus primeros frutos, con la obtención de contratos por valor de más de 4.000 millones de euros. Y Alstom es uno de los que se ha llevado el trozo de pastel más grande.
Sólo en el día de ayer, el constructor del tren de alta velocidad firmó un contrato con la ciudad de Shanghai para la construcción de 128 vagones de metro por un total de 130 millones de euros, de los que 30 irán a Alstom Francia. Un proyecto muy prometedor, ya que esta ciudad china, en la que el grupo francés tiene ya más del 50% de cuota de mercado, pretende ampliar su red metropolitana de 120 kilómetros a 800 en el año 2020.
A ello se añade el acuerdo para la construcción de 180 locomotoras de carga, que Alstom construirá en China con la Changchun Railway Company, y tres centrales hidroeléctricas.
En total Alstom, todavía convaleciente del plan de salvamento orquestado por el Estado francés y más de 30 bancos para evitar su quiebra, ha firmado contratos en China por valor de 1.500 millones de euros, sin duda 'un cambio de dimensión de la presencia de Alstom en China', aseguró su presidente, Patrick Kron, durante la visita a una de las líneas de metro de Shanghai.
El éxito de la multinacional francesa en China, para la que los contratos acordados representan el 10% del total de pedidos del año (15.000 millones de euros), también tendrá efectos positivos para el empleo. Kron se esforzó en apuntar que 'nuestros contratos en China corresponden al trabajo de 1.000 personas en Francia'.
æscaron;nica decepción, la ausencia de respuesta sobre si será Alstom quien construya el tren de alta velocidad Pekín-Shanghai, un jugoso mercado de 15.000 millones de euros sobre el que las autoridades chinas todavía no han decidido a quién conceder.
A la consecución del contrato aspiran además la multinacional alemana Siemens y Japón.
Pese a ello, los contratos ferroviarios, que crearán máquinas con velocidades de hasta 250 km/h, 'dejan la puerta abierta a la gran velocidad ', según explicó Kron con optimismo.
Inyección de futuro
Alstom se encuentra todavía convaleciente de unas pérdidas que hace sólo unos meses pusieron a la compañía al borde de su desaparición. Los contratos logrados en China, tras la visita del presidente Chirac, inyectan en Alstom cierta dosis de credibilidad.