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CincoSentidos

Vino y sosiego en Haciendas de España

Mientras que el turismo de sol y playa empieza a mostrar síntomas de estancamiento, el de interior cada vez cobra más auge. Por eso, en los últimos años, se ha producido un importante despegue de muchas comarcas del interior peninsular gracias a viajeros atraídos por un turismo cultural (o de naturaleza, deporte...) apoyado por un tipo de establecimientos hoteleros singulares, con encanto, que dan una oferta de calidad.

Posiblemente el enoturismo sea una de las propuestas más atrayentes, y también, más novedosas. Cada vez más aficionados al mundo del vino se acercan a conocer in situ las zonas vitivinícolas, las bodegas, para catar y empaparse de cultura enológica. Como ya ocurre en Francia o en Italia, en nuestro país el enoturismo empieza a estar de moda.

Para responder a esta demanda en 1999 surgió el proyecto Haciendas de España, que cuenta con ocho propiedades en cuatro zonas vinícolas: valle del Duero, Rioja, Andalucía y Penedés. Con ello, pretenden recuperar la tradición de las explotaciones agrícolas que, además de residencia señorial, alojaban bodegas o almazaras.

Retomado el concepto pero rescatado con planteamientos actuales, Haciendas de España ha iniciado un ambicioso plan que pasa por la rehabilitación de nobles casonas y dependencias de uso agrícola, reconvertidas en alojamientos, bodegas elaboradoras o naves de crianza de vinos en fincas de viñedos o en torno a espacios naturales.

Sólo dos de ellas, Hacienda Unamuno, en Fermoselle (Zamora) y Hacienda Zorita, en Valdeverdón (Salamanca) tienen hotel y bodega, porque el resto, Abascal en la vallisoletana Quintanilla de Arriba, La Concordia y Súsar, ambas en La Rioja, Cortijo Las Monjas en Ronda, y Masía L'Hereu, en Penedés, se dedican a la elaboración de vinos, y Dehesa San Nicolás en la salmantina Ledesma, produce jamones, chacinas y quesos de oveja.

Con el nombre Durius (denominación latina del Duero) han concebido un proyecto que contempla tres haciendas en España -las citadas Unamuno, Zorita y Abascal- y dos futuras en Portugal, que pretenden seguir el recorrido del río más vinícola de la Península. Sólo las dos primeras responden al concepto de enoturismo, al que se irán agregando las restantes.

Hacienda Unamuno está a unos 6 kilómetros de Fermoselle (Zamora), arropada por 70 hectáreas de viñedo de tempranillo, cabernet sauvignon, malbec, syrah y merlot. En la bodega de elaboración y crianza se producen dos tintos, el Durius y el Hacienda Zorita. A su lado se levantó la Quinta, que sigue la arquitectura tradicional del Arribes del Duero, acoge un encantador hotelito de cuatro habitaciones con vistas a los viñedos. Acogedor y lleno de silencio, la habitación doble cuesta 64,20 euros (el desayuno, aparte, 10,70), y se ofrecen cenas. La visita a la bodega y cata, 3 euros.

Mucho más empaque como instalación hotelera tiene Hacienda Zorita, a 8 kilómetros de Salamanca. Levantada casi sobre el mismo Tormes, en el que fuera un convento de Dominicos -la historia dice que se albergó Colón en 1485- la escrupulosa rehabilitación a cargo de Peridis dotó al convento de una nueva función: sala para envejecer vinos.

Guarda casi 1.500 barricas del vino que lleva la marca de la hacienda. Otro de los edificios, la capilla de San Nicolás de las Viñas, guarda 176 barricas de roble francés, donde envejece el Magister que saldrá el próximo año.

Anexa a la bodega se construyó la Casa Grande, con 20 habitaciones y dos suites. Un remanso de paz entre 171 y 118 euros la habitación. Desayuno y cenas aparte. Visita a la bodega y cata, 6 euros. Reservas: 902.109.902.

Cada vez más aficionados al vino se acercan para conocer las bodegas de cerca

Vinos de los Arribes del Duero

Ana Delgado es la enóloga responsable del Durius y el Hacienda Zorita, por ahora los dos únicos vinos (ambos tintos, con la contra etiqueta de Vino de la Tierra de Castilla y León) que se elaboran en Hacienda Unamuno. En una pequeña parte envejecen en la propiedad zamorana, y en su mayoría en la espectacular nave de la finca salmantina. El Durius es un tempranillo con 4-5 meses de madera que se distribuye en tiendas de alimentación y grandes superficies. Pero es el Hacienda Zorita, un 100% tempranillo, el más representativo de la bodega.El 2001 -está empezando a salir el 2002- se ha criado durante 12 meses en barricas de roble americano y francés. Es un vino cálido, en el que destaca la fruta madura, de cuerpo medio y taninos algo secantes (12 euros).El que todavía no ha salido al mercado (está puliéndose en botella) y es el niño mimado, es el Magister 2002 (tempranillo, merlot, malbec y cabernet sauvignon), criado en barrica nueva francesa 12 meses. Aún sin terminar, saldrá en 2005 con un precio elevado y apunta maneras (carnoso y de nariz compleja).

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