'La novela policiaca era mi vieja ilusión'
De joven, devoraba las novelas policiacas y cumplió el sueño de escribir una: 'No acosen al asesino'. El escritor vuelve al género con 'La muerte viene de lejos', en la que no renuncia a su mundo literario
José María Guelbenzu (Madrid, 1944) se considera un escritor de literatura de alta gama. El autor de Un peso en el mundo o La tierra prometida (ganadora del Premio Plaza & Janés) decidió hace tres años hacerse una concesión y cumplir el viejo sueño de escribir una novela policiaca. 'Nunca encontraba la manera de hacerlo, porque el género que me gusta, la novela inglesa y americana de los años 30 y 40, requería un detective inteligente, un criminal a su altura y un grupo de sospechosos bastante selecto y no era fácil situar estos personajes en España'. Por fin encontró como hacerlo y publicó bajo la firma J. M. Guelbenzu No acosen al asesino (2001), en el que hacía su aparición la juez Mariana de Marco.
El personaje evoluciona ahora en La muerte viene de lejos, editada como la anterior por Alfaguara, una trama fundada en un crimen que no lo parece y un sospechoso demasiado seductor. La novela sigue perteneciendo a su mundo literario. 'Es como si hubiera hecho pasar a la gente por una puerta estrecha de mi casa y ahora por una sala', ilustra.
El escritor no ha tenido problemas para meterse en la piel de una mujer. Ya se atrevió en anteriores ocasiones. 'Me salió mal la primera vez, en La tierra prometida; en cambio, encontré el camino en El sentimiento y perdí el miedo'. El personaje de Mariana de Marco es, además, 'un bombón', asegura Guelbenzu. 'Es una mujer que nació en los años 50, de clase media, que ha hecho una carrera universitaria, se ha casado y ha integrado un bufete importante, y, de pronto, una ruptura matrimonial le obliga a cambiar de vida', relata el autor. Un personaje con una posición envidiable, testigo en España de un tiempo de cambio, no ideológico, sino de costumbres.
José María Guelbenzu hará todo lo posible por explotar el potencial literario del personaje en próximas novelas. Lo hará poco a poco, dentro de los cánones de la novela policiaca, que requiere un entretenimiento y una lectura muy asequible. 'El personaje continuará si evoluciona; en caso contrario, no', anuncia. 'Serán tres novelas, cuatro, cinco, no sé'. Para la tercera ya tiene ideas en la cabeza. Su intención es ampliar el personaje, hacerlo cada vez más complejo, más interesante.
Antes llegará otra de sus novelas que considera de altura. Es la novela que más se le ha resistido, confiesa, la ha reescrito tres veces, lo que lleva a Guelbenzu a preguntarse si no se habrá marcado una meta muy alta. Han sido los parones en su escritura los que le han permitido dedicarse a la novela policiaca 'Cada vez que hacía un alto, escribía otra novela y me alejaba del problema que me planteaba la otra', confiesa. En ella, Guelbenzu habla de la muerte y la mediocridad.
'La juez Mariana de Marco es un bombón como personaje literario'
'El escritor está volcado al mercado'
El lector español se ha= revelado un entusiasta de los enigmas y el suspense a la vista de las cifras de ventas de ciertos títulos. Guelbenzu justifica el fenómeno en la vieja pasión del género humano por mezclar religión y enigmas históricos. 'A la gente le encanta el misterio de las sectas, códigos ocultos y teorías de la conspiración. Ahora estamos asistiendo a la teoría de que los marroquíes habían decidido defenestrar a Aznar'. En su opinión, más que genero de suspense se está haciendo una especie de novela negra, que es una novela policiaca trasladada a las calles, lo que permite hacer literatura de denuncia social. Son obras que gustan mucho, reconoce, pero que dejan mucho que desear. 'Son tramas mal montadas, dejan muchos cabos sueltos, las cosas no se explican', asegura.'Es muy difícil escribir, incluso aunque se trate de una novela de entretenimiento, porque hay que tener verdadero oficio de escritor'. José María Guelbenzu cree que la novela española está muy volcada al mercado, salvo una serie de escritores entre los que incluye a Álvaro Pombo, Javier Marías o Marcos Giralt Torrente. 'Es una novela en buena parte clientelista. Los autores no tratan de convencer al público, buscan lo que quieren los lectores y se lo dan'.