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Secretos de despacho

Los privilegios de Seguriber

Le pide poco al espacio en el que trabaja. No es un tema que le preocupe a la presidenta de la empresa de seguridad Seguriber, Mónica de Oriol, nacida en Madrid hace 43 años. 'Cuando has estudiado en un colegio interna te acostumbras a estudiar en cualquier sitio y a no valorar el espacio. Eso hace que tu trabajo sean tus manos y tu cabeza'. Nada más. A lo que sí le da importancia es a tener la oficina situada en pleno centro de Madrid. Desde su despacho se puede contemplar la fachada de la catedral de La Almudena y un pequeño bosque de árboles. 'Me encanta trabajar en el centro, a pesar de las incomodidades que pueda tener el lugar. Reconozco que es un sitio privilegiado. Todos los miércoles veo desde la ventana un cambio de guardia en el Palacio Real. Es animado'.

El despacho lo ha decorado ella misma, con cuadros de Canogar o de Costa. Le gusta el arte y siempre que puede invierte en alguna obra. 'Todo el dinero me lo gasto en pintura'. Parece una mujer apasionada, o al menos es lo que demuestra al hablar. Explica que no suele ser de las ejecutivas que molesta en el trabajo. Incluso ella misma se prepara el té, bebida a la que es muy aficionada. 'Para no pedirlo me lo hago yo en el despacho'. Junto a la mesa de trabajo tiene una pequeña tetera y un repertorio de botes de cristal con distintos tipos de té.

Prefiere trabajar en silencio, pero es algo que pocas veces consigue. 'En el internado estudiaba siempre con ruido. Ha sido la mejor escuela, hace que después te puedas adaptar a todas las situaciones', señala.

'Los hombres son más estrategas y nosotras somos gestoras, negociamos más'

Mónica Oriol explica que si en algo se esfuerza es en ser próxima a los empleados de la empresa. En Seguriber trabajan en la actualidad 1.700 trabajadores y facturan al año 50 millones de euros. La puerta de su despacho está siempre abierta. 'Quiero que todo el que quiera pueda entrar. No hay citas'. Y si por algo se caracteriza es por saber delegar. 'A fuerza de ser madre tiene seis hijos aprendes a confiar en los que trabajan a tu lado. Yo miro siempre el reloj porque no llego a atender a mi familia y a mi trabajo'. Es una privilegiada. Distribuye su tiempo de la siguiente manera: por las mañanas tiene reuniones y recibe al personal y a los clientes de la empresa y por la tarde trabaja desde su casa. Mientras sus hijos hacen los deberes, ella desde su ordenador atiende el correo electrónico, prepara informes, estudia propuestas o elabora estrategias. 'Con las nuevas tecnologías no tienes que estar en la oficina. Reconozco que mi forma de trabajar es un privilegio, pero por algo la empresa es mía y he diseñado la forma de trabajar a mi medida', explica De Oriol.

Anteriormente trabajó en una inmobiliaria, propiedad de su familia. Pero tuvo que dejarlo. 'Tenía que cumplir horarios, era un trabajo que requería presencia física y decidí que no podía compaginarlo con mi familia'. Así que decidió darle un nuevo rumbo a su vida. En 1989 compró una compañía de seguridad y allí se inició en el sector. De Oriol es una convencida de que para dirigir una compañía hay que echarle cierta dosis de inteligencia emocional. Y asegura que hay un estilo de dirigir femenino y otro masculino. 'No gestionamos de la misma manera porque tenemos necesidades distintas. Las mujeres delegamos más porque tenemos vidas polivalentes. Eso te obliga a estar siempre rodeada de equipos. Las mujeres estamos acostumbradas a compartir tareas y tenemos otras condiciones distintas a las de los hombres'. Un hombre, continúa, piensa más en abstracto. 'Ellos son estrategas, nosotras somos gestoras, negociamos más'. Las profesionales femeninas 'tenemos ambición pero no vemos al resto de los compañeros como un rival', asegura. Y afirma que la mujer tampoco tiene gran veneración por la autoridad. 'Improvisamos mucho y los cargos no son tan importantes'.

En Seguriber se han tomado medidas para favorecer la conciliación entre vida personal y laboral. Por ejemplo, hay flexibilidad laboral, existe la posibilidad de que una mujer puede tener jornada a tiempo parcial, y a los padres con niños menores de tres años se les paga la guardería. 'Somos muy flexibles porque el talento hay que cuidarlo'.

Fetichista, con rezos a la Virgen

En una pizarra al lado de su mesa tiene anotados apuntes de trabajo y la imagen de la Virgen. Mónica de Oriol asegura ser una persona muy fetichista. 'Me encanta tener cerca a la Virgen, la tengo al lado para que me ayude a controlar la situación. Le hablo y le cuento lo que me pasa'. Muy cerca de ella tiene las fotografías de sus seis hijos y de sus mejores amigas, entre las que se encuentra la ex ministra de Cultura Pilar del Castilla. Confiesa que le encantan las tertulias de mujeres.

'Me encanta reunirme con ellas para charlar y contarnos nuestras cosas'. En su tiempo libre le gusta leer y hablar. 'Es lo que más me gusta, porque hacer gimnasia o practicar deporte es terapia y es bueno y saludable, pero no disfruto. A mí me gusta charlar con la gente, comunicarme, que me cuenten cosas'.

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