Los primeros tropezones de la Comisión Barroso
Parecía un examen de trámite, pero se está convirtiendo en suplicio para más de uno de los 24 comisarios in péctore que estos días se someten a audiencia pública (retransmitida por internet) ante el Parlamento Europeo. A priori, todos los elegidos tienen el visto bueno de sus Gobiernos y el Parlamento no puede censurar individualmente a un miembro de la nueva Comisión. Pero los europarlamentarios parecen dispuestos a hacer una demostración de poder y recordar que la soberanía, en última instancia, reside en la Eurocámara.
'No creo que sea un examen gratuito', señala el veterano parlamentario Enrique Barón, líder de los socialistas españoles. 'Y la prueba está en que los comisarios llevan dos meses preparándose para superarlo'. Barón recuerda la resistencia de Gobiernos y candidatos cuando se introdujeron estos exámenes en 1994. Diez años después, el proceso de investidura ha adquirido un alcance imprevisto, hasta el punto de que varios aspirantes ven seriamente amenazadas sus posibilidades.
La posición más crítica es la de Neelie Kroes, la liberal holandesa que el próximo presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, ha elegido para suceder a Mario Monti al frente de Competencia. Se trata, probablemente, de la cartera comunitaria más poderosa y su titular debe lidiar con gigantes multinacionales y soportar presiones que pueden llegar desde el Eliseo a la Casa Blanca.
La holandesa Neelie Kroes, candidata a suceder a Monti en Competencia, provoca un amplio rechazo por sus intereses en decenas de empresas
El currículo de Kroes parecía a la altura del reto. Pero para muchos lo sobrepasa. La holandesa presenta una biografía plagada de puestos en consejos de grandes empresas, algo que muchos eurodiputados consideran incompatible con el cargo al que aspira.
Pero lo que ha indignado a los miembros de la Comisión de Asuntos Económicos, que la interrogaron anteayer durante tres horas, es su negativa a comprometerse a renunciar al puesto si la Eurocámara no le presta su confianza. 'Urgimos a Kroes a precisar por escrito cuál sería su reacción en caso de una opinión negativa del Parlamento', reclama la presidenta de la Comisión, la eurodiputada socialista francesa, Perveche Beres, en una carta confidencial al presidente del Parlamento, el español José Borrell. Los parlamentarios exigen además al futuro presidente de la Comisión, Durão Barroso, que haga pública la opinión del equipo jurídico comunitario sobre los posibles conflictos de interés de la comisaria. De nada parece haberle servido a Kroes su oferta de inhibirse en los casos que puedan afectar a empresas con las que ha trabajado. Ni siquiera haber liquidado todas sus participaciones bursátiles para colocarlas, con un valor cercano a los 1.600 millones de euros, en un fondo controlado por personas neutrales. 'Creo que no hay que juzgar a una persona por lo que hizo antes de asumir el cargo, sino por lo que haga a partir de entonces', pidió Kroes.
A otros comisarios, como el italiano, Rocco Buttiglione, aspirante a Justicia, y la letona, Ingrida Udre, de Fiscalidad, también les espera una dura prueba. Al primero le reprochan su constante invocación en Italia de la llamada ley natural, que impide las uniones homosexuales. A la segunda, ciertos casos de corrupción, entre ellos, un presunto viaje oficial acompañada por su peluquero.