'La retirada de Moscú', metáfora del divorcio
El dolor por la pérdida y la ruptura pueden ser sentimientos que compartieron aquellos 49.000 soldados del ejército napoleónico que ya en Smolensk acometieron la llamada retirada de Moscú tras cientos de miles de muertos en el invierno de 1812. Este hecho histórico sirve como gancho, metáfora y título de una obra que, dirigida por Luis Olmos, trata la separación de un matrimonio duradero, mayor y católico que hace mucho tiempo dejó de funcionar. Un tema en el centro del debate social, según el equipo de un montaje que se presentó ayer en Madrid y que se estrena el 22 de octubre en Segovia para iniciar su gira por España.
Kiti Manver, Gerardo Malla y Toni Cantó son mujer, marido e hijo, respectivamente, en la adaptación española, realizada por Nacho Artime, de La retirada de Moscú, una obra escrita por el dramaturgo y guionista británico William Nicholson, coautor del texto de Gladiator, entre otros. La obra 'disecciona', en palabras del director, el comportamiento en situaciones límite, de ahí el paralelismo con la retirada de Moscú.
Sobre el escenario, la rutina y la seguridad rotas desatan una tormenta en la que el hijo se ve envuelto, salpicado y manipulado por las partes, lo que conduce a 'una guerra de sentimientos contradictorios' que vertebran la obra, según declaró Toni Cantó.
Tono tragicómico para tratar la ruptura emocional, con un lenguaje directo y sencillo. Una realidad con la que el público podrá sentirse identificado, según Cantó. Al menos es cada día una realidad más tangible: en España hubo el año pasado 126.742 resoluciones judiciales de separación y divorcio, con un crecimiento del 9%.