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Lealtad, 1
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Por una vez, las previsiones sirven

A dos días para que se cierre el tercer trimestre del año, el índice de referencia de la Bolsa española arroja una rentabilidad del 3,2%. Poco más que las llamadas supercuentas, unos productos que, a pesar de su nombre, apenas compensan la inflación. Las supercuentas, cualquiera que sea su color, tienen la ventaja de la liquidez y la seguridad. Pero, con lo plano que está el mercado en las últimas semanas, la Bolsa se parece cada vez más a una cuenta de ahorro.

Esto, en cualquier caso, entra dentro de lo razonable. Y, de hecho, las previsiones de los analistas más certeros a principios de año lo esperaban; 2004 se ventilaría en los dos o tres primeros meses. Después todo sería un mero trámite. Pues bien, y esto sí que es noticia, esta vez las previsiones de los expertos se han cumplido. Efectivamente, 2004 sólo ha dado de sí en los primeros meses de ejercicio y, desde entonces, la Bolsa se ha instalado en un rango de fluctuación que, aun siendo relativamente amplio -la Bolsa oscila alrededor del 7% entre máximo y mínimo-, sí resulta extraordinariamente persistente en el tiempo, puesto que dura ya desde finales del mes de marzo. Y el mercado, con poco volumen de negocio y un justificado enfriamiento de las expectativas, no tiene aspecto de romper la banda de oscilación próximamente.

No es tan mala perspectiva, podría pensar un inversor. Si en 2004 está todo el pescado vendido, 2005 puede pintar mejor. Puede ser. Pero, en realidad, las comparaciones históricas de este mercado con otras etapas posteriores a crisis bursátiles indican que el periodo de estancamiento bursátil durará aún varios meses. Hasta nueve, como decía el último informe de Goldman Sachs.

Ahora que las previsiones se cumplen, puede que sirvan para algo. Como, por ejemplo, para gastar en comida y bebida los ahorros dado que, con la situación actual de los mercados, pocas inversiones tienen pinta de batir a la inflación. Salvo, eso sí, los operadores que juegan a ganar dinero dentro del citado rango del 7%. Es una labor difícil, pero puede ser rentable.

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