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Eurozona

Eurostat confirma que Grecia falseó sus cuentas y reclama medios para auditar a los Estados

El descubrimiento de que Grecia ha estado falseando sus cuentas públicas ante Bruselas desde el año 2000 ha proyectado una sombra de duda sobre todas las economías de la zona euro. Las cifras anunciadas ayer por Atenas fueron confirmadas hoy por la Oficina Europea de Estadísticas, Eurostat, de modo que queda comprobado que Grecia no cumplía los criterios de Maastricht cuando se incorporó en 2001 a la moneda única. El organismo Eurostat ha reclamado más competencias y medios para auditar el déficit de los Estados miembros.

Una vez reveladas las razones del denominado "milagro griego", el comisario europeo de Economía y Asuntos Monetarios, Joaquín Almunia, se ha mostrado "verdaderamente preocupado" por el alcance de la revisión al alza de las cifras de déficit. Impotente, sin sanciones disponibles para un caso similar, anunció que estudiará la apertura de un procedimiento de infracción.

A la luz de los datos, que hablan de más de dos puntos de déficit escondido, Eurostat ha anunciado el envío de una nueva misión de expertos a Grecia con el fin de conocer si las irregularidades son, incluso, anteriores al 2000.

Buena fe

El propio director de la Oficina de Estadísticas, el belga Michel Vanden Abeele, ha comparecido ante la prensa para subrayar que la entrega de datos a Bruselas por parte de los Estados miembros se basa exclusivamente en el principio de buena fe. Salvo a través del envío de misiones regulares cada dos años, Eurostat carece de competencias y recursos para vigilar a cada uno de los 25 países miembros y debe confiar en que las cifras que le entregan son las correctas.

Por este motivo, el responsable de Eurostat ha reclamado a la Comisión Europea que le facilite mayores recursos económicos y humanos y establezca "un método científico de auditoría para reforzar la capacidad de verificación de los datos". "La situación no es satisfactoria desde el punto de vista de la credibilidad", subrayó Vanden Abeele, que remachó: "No hay ningún interés en esconder las cifras porque algún día se sabrá la verdad".

A través de un comunicado, Almunia, ha insistido: La compilación y la divulgación de estadísticas sobre las finanzas públicas son "de importancia vital para la credibilidad de la vigilancia presupuestaria".

A pesar de que lo ocurrido revela los desajustes en la aplicación del Pacto de Estabilidad y de Crecimiento, que prevé sanciones para los países que mantienen déficits superiores al 3 por ciento durante varios años seguidos, el responsable de Eurostat incidió en que se trata de algo que va incluso más allá. "No es el Pacto de Estabilidad, sino el pacto de confianza entre la Comisión y los Estados miembros", ha planteado.

En su opinión, es necesario por tanto mejorar la base jurídica que regula la aportación de estadísticas a la UE. "Por ahora no tenemos derecho entrar en el detalle, de ir a los ministerios. Es algo que falta en el sistema", añadió.

En el caso griego, además de problemas en los ingresos fiscales por IVA, reducciones del superávit de los fondos de seguridad social y la recalificación de las transacciones de los servicios postales, Eurostat ha descubierto trampas en la contabilización de los gastos de defensa. A pesar de que el gobierno socialista anterior asegura que contaba con la bendición de la entidad para excluir estas salidas de fondos del gasto público, la entidad niega ahora cualquier connivencia en lo sucedido.

"No hubo acuerdo durante mucho tiempo", ha asegurado el director de Eurostat. Según ha explicado, de la cifra global de déficit, que asciende realmente al 4,6 por ciento del PIB, un 0,7% suponen gastos militares en el periodo 2000-7.

A pesar del escándalo, Vande Abeele ha manifestado que lo ocurrido "no tiene nada que ver" con la pertenencia de Grecia a la zona euro, puesto que ésta se basa en una decisión política.

Aunque hasta ahora siempre había presentado cifras iguales o inferiores al 2 por ciento, Grecia registró un déficit del 4,1% en 2000, del 3,7% en 2001 y 2002 y del 4,6% en 2003. Asimismo, la nueva contabilización de la deuda revela un 114% en 2000, un 114,7% en 2001, un 112,5% en 2002 y un 109,9% en 2003.

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